Nuestro encuentro con Alejandro Mesonero-Romanos se produce con motivo de la entrega del premio El Abrazote de Manolo. Este premio, que entregan los jurados españoles del Car of the Year, reconoce la trayectoria en favor de nuestro sector automovilístico, por parte de un relevante personaje a nivel global, en este caso Alejandro Mesonero-Romanos, responsable máximo de Diseño de Alfa Romeo, que toma el testigo del vicepresidente mundial de Hyundai, José Muñoz.
Además, El Abrazote de Manolo rinde homenaje al periodista Manolo Doménech, que nos dejó en 2013.
El Alfa 33 Stradale es un proyecto tan espectacular en formas como exclusivo en unidades con solo 33 unidades disponibles -los faros tienen 33 tiras de led homenajeando este número-. Mesonero-Romanos se refiere a este modelo explicándonos en primer lugar que el «business case» debe ser positivo en cuanto a resultado económico para un proyecto de esta magnitud. “Es el primer condicionante”, nos dice.
Entre los elegidos para conducir este vehículo se encuentra el piloto Valtery Bottas, y existe una lista de espera de más de 50 clientes. Cada coche, con un precio de dos millones de euros, está destinado en su mayoría a coleccionistas, incluyendo uno que se enviará a España.
La entrega de la primera unidad está prevista para finales de 2024 y la última a principios de 2026 -cuando finalice se irá complementado con otra reinterpretación de otro icono Alfa del pasado-. Este modelo utiliza un motor Ferrari originalmente destinado a Alfa Romeo pero que, por decisión de Sergio Marchionne, en su momento, acabó en Maserati antes de llegar al 33 Stradale.
Mesonero-Romanos, una vez contextualizado el modelo, se centra en el diseño destacando que es un equilibrio entre funcionalidad y estética, sin recurrir a alerones o elementos aerodinámicos estridentes. Cada detalle, como la etiqueta del quadrifoglio integrada en la pintura gracias a cuatro capas de barniz, muestra el mimo y el minimalismo aplicados al coche, aunque la razón de ser del diseño sea la pureza de líneas y la funcionalidad, creando un diseño contemporáneo de un ícono del pasado sin caer en un simple retro-diseño.
Sobre el Alfa Junior
Turno para hablar de un coche más mundano, del recién llegado, el Junior. Aquí Alejandro ha primado el hacerlo visible y expresar deportividad, aun con un frontal algo recargado. Mesonero-Romanos nos explicó que el riesgo mayor era no tomar riesgos. “En futuros modelos, como el Stelvio, veremos un frontal más limpio y colorido”, nos dice.
El Junior destaca por su luneta trasera trapezoidal y una chapa que resalta en la vista trasera. Con luz natural, el coche mejora estéticamente y refleja la calidad visual que Mesonero-Romanos busca en sus diseños. Una pincelada de su carácter dinámico es que tras probarlo, Alejandro se muestra satisfecho con su estabilidad y rendimiento.
Mesonero-Romanos ha trabajado en varias marcas y cada una le ha aportado aprendizajes valiosos. Estudió en el Royal College of Art, donde coincidió con otros grandes diseñadores españoles como Eduardo Ramírez -Hyundai- o César Muntada -Audi-.
Estuvo con anterioridad en el Grupo Renault donde terminó pilotando Dacia, y de donde valora la creatividad y la capacidad de replantear soluciones. Y antes fue responsable máximo de Diseño de Seat–Cupra. Del Grupo Volkswagen resalta la consistencia y la obsesión por la calidad.
En Stellantis, su destino actual, aprecia la mezcla de calidad, tecnología y creatividad, destacando la multiculturalidad y pragmatismo de las marcas. Menciona a Carlos Tavares, quien tiene una visión clara y dirige con eficacia las marcas italianas del grupo.
No por recurrente la pregunta es menos interesante la respuesta cuando viene de un apasionado del automóvil y de su historia. ¿Coches y marcas que te gustan, más allá de las tuyas? “El Formentor es uno de los coches de serie del que me siento más orgulloso por el resultado y también debido a su éxito en ventas”. Respecto al Stradale, lo considera su mayor logro como diseñador. Admira el trabajo de Land Rover y Range Rover, y los coches italianos de los años ’50, ’60 y principios de los ’70, en particular los diseños de Gandini y los Iso Rivolta. Aunque hay italianos más bonitos que el Porsche 911, reconoce la continuidad del diseño del 911 como algo único.
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