El Audi Q3 es el SUV intermedio de la gama Audi, y eso le convierte en uno de los más vendidos de toda su gama. Su resultado es tan bueno que era lógico que los alemanes no tardasen en darse cuenta de que este modelo merecía dos carrocerías: la normal, denominada simplemente Audi Q3, y la de aspecto coupé, que el Audi Q3 Sportback de esta prueba. Aquí encontrarás la segunda parte de esta prueba en la que analizaremos su interior y, en este otro enlace, la tercera parte, donde hablaremos de cómo va en marcha.

Básicamente, es el mismo coche, con la misma plataforma, las mismas mecánicas, el mismo puesto de conducción y hasta la misma capacidad de maletero: 530 litros. Las únicas diferencias son, por tanto, estéticas, por más que el Sportback sea apenas un par de centímetros más largo o un poquito más de altura en las plazas traseras por la forma de la carrocería.
Así que, básicamente, lo que te contaremos en esta entrada y las siguientes sobre la prueba de este Audi Q3 Sportback 35 TDI S-Line S-tronic es completamente extrapolable a la versión equivalente del Audi Q3 ‘normal’. Pero, por no liaros, nos vamos a centrar en el que hemos probado, que es el Sportback.
Como decíamos, el Audi Q3 Sportback es un SUV con aspecto coupé que mide exactamente 4,50 metros de largo. Es un modelo premium, así que su precio es alto y es fácil engordar la factura con un montón de opciones que, en muchos casos, en otros coches generalistas serían de serie. ¿Ejemplos? El acceso y arranque sin llave (530 euros), los retrovisores plegables eléctricamente y con función antideslumbramiento automática (225 euros), el apoyabrazos central trasero (155 euros), la conexión automática de luz larga (175 euros)…
Todo eso (incluido lo de cobrar por cosas que debería ser de serie) le convierte en rival tanto del BMW X1 (de idéntico tamaño) como del X2 (que es más pequeño), pero también del Mercedes GLA (también más pequeño), pero también de otros modelos como el Jaguar E-Pace, el Range Rover Evoque o el Volvo XC40.
La gama del Audi Q3 Sportback se reduce a dos motores diésel, cuatro de gasolina y un híbrido enchufable, que es el único con etiqueta Cero de la DGT. Todos los demás tienen etiqueta C de la DGT, pues no cuentan con ningún tipo de electrificación, algo que muy probablemente cambiará en poco tiempo debido a que ya hay otros modelos como el Audi Q5 que cuentan con esas mismas mecánicas pero microhibridadas, algo que les permite contar con la etiqueta C de la DGT. Las versiones 35 TDI y 35 TFSI pueden tener cambio manual o automático, y todas tienen tracción delantera. Todas las demás son automáticas y con tracción total Quattro, salvo los híbridos enchufables TFSIe, que sólo tienen tracción delantera.
En cuanto a los acabados, básicamente hay dos líneas: Advanced y S-Line. La primera es más tradicional, mientras que la segunda apuesta por un diseño más deportivo. Es la que tiene la unidad de esta prueba.
Versión | Potencia | Precio |
35 TFSI | 150 CV | Desde 46.260 euros |
40 TFSI Quattro | 190 CV | Desde 52.090 euros |
45 TFSI Quattro | 245 CV | 61.660 euros |
RS Q3 Sportback Quattro | 400 CV | 82.020 euros |
35 TDI | 150 CV | Desde 45.480 euros |
40 TDI Quattro | 190 CV | Desde 54.310 euros |
45 TFSIe | 245 CV | Desde 56.240 euros |
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