No es motivo de alegría verlos así, pero viendo siempre el lado bueno de la vida como lo haría Brian, son escenarios perfectos para desconectar y disfrutar de la tranquilidad de la España vaciada, porque los pueblos deshabitados son historia, no olvido. Algunos incluso, se reactivan en verano o en fechas señalada. El olvido es una enfermedad que cae bajo el horizonte.
San Vicente de Munilla (La Rioja)
Este bello pueblo riojano figura como despoblado desde los años 50, aunque desde los 80 empezaron a instalarse allí peculiares “okupas” que han rehabilitado algunas casas y que viven prácticamente aislados. San Vicente de Munilla está en lo alto de un risco, a mil metros de altitud entre los barrancos de la Cárcara y Fuentemarín.
Si eres aficionado a la fotografía, aquí te vas a hinchar, en cada vuelta de la esquina hay un rincón decadente y evocador, y la luz es fascinante. Entre sus tesoros está la torre de la iglesia de San Vicente, del siglo XVII, la ermita de la Virgen de Arriba (restaurada por la asociación de amigos del pueblo).
Cerca del pueblo, en Peñaportillo, hay un yacimiento de icnitas donde poder ver un montón de huellas de dinosaurio, de los que habitaron aún antes que los paisanos que dejaron este pueblo para vivir mejores oportunidades allende los mares.
Cabezas Bajas (Ávila)
Cabezas Bajas es una aldea del municipio de Navatejares, en Ávila. Un pueblo de casitas de piedra utilizadas por los pastores del lugar. A primera vista, Cabezas Bajas parece despoblada, pero no es así. La Asociación Vivegredos ha recuperado varias de las casas y las ha convertido en casitas de turismo rural.
En medio de las montañas de Gredos, este pueblo goza de inviernos largos y fríos y veranos cortos y frescos, por lo que si eres de los que no aguantas el calor, este es tu sitio.
Despertar viendo las luces violetas recortando el Macizo Central de Gredos es una de las mejores cosas que puedes vivir aquí. Sí además subes y bajas hasta el Rio Tormes en bicicleta, serás un héroe.
Sarnago (Soria)
Soria es quizá una de las tierras más despobladas de España. La piedra de sus casas, la arcilla de su tierra y los cielos inmensos se abren siempre acogedores para todos los que quieran recorrerla. Sarnago es una de las muestras de la belleza de esta tierra despoblada.
Abandonada desde hace casi medio siglo, Sarnago se resiste a desaparecer. Desde los años 80 la Asociación Amigos del Pueblo ha ido recuperando poco a poco las calles, poniendo teléfono, rescatando tradiciones locales e incluso han abierto un museo etnográfico.
Aldealcardo (Soria)
Lo primero que hay que decir de Aldealcardo es que tiene una silueta preciosa. En lo alto de una ladera, una veintena de casas medio derruidas soportan las duras nieves del invierno y el sol fulminante del verano.
Como todas las historias de pueblos abandonados, Aldealcardo se quedó sin su gente por la falta de salidas agrícolas. Merece la pena dejarse caer por sus calles abandonadas y divisar la sierra del Hayedo a lo lejos. Aquí, las noches ofrecen uno de los cielos más limpios para ver estrellas.