El BMW X1 es el integrante de tamaño más compacto de la familia X de BMW, letra que designa a aquellos modelos con apariencia de SUV o, como le gusta decir a BMW, de SAV o Sport Activity Vehicle. Con 4,50 metros de largo, ofrece cantidades «razonables» de habitabilidad, maniobrabilidad y precio. Y por eso, en Autofácil, pensamos que es una de las alternativas más interesantes dentro de la gama de BMW… aunque no encaje bien con las características «icónicas» de la marca (berlina, motor longitudinal, tracción trasera, etc…)
En concreto, en esta prueba nos hemos puesto a los mandos del BMW X1 xDrive25e, que es la versión híbrida enchufable «básica» (por potencia) del BMW X1, que es el SUV o SAV pequeño de BMW y su modelo más vendido.
La gama del BMW X1
Uno de los alicientes del X1 es que está disponible en una amplia gama de motores y tecnologías. Contamos con versiones diésel y gasolina, y estas, a su vez, pueden o no disponer de etiqueta ECO en función de si cuentan con hibridación «suave» a 48 voltios de tensión mediante un motor eléctrico montado en la propia caja de cambios automática, de siete velocidades, y con tecnología de doble embrague.
Basadas en la versión 118i, dotada de un motor de gasolina tricilíndrico de 136 CV, encontramos también dos versiones enchufables que emplean un esquema de hibridación paralela de tipo 4, con un motor térmico que acciona las ruedas delanteras y otro trasero que anima un eje electrificado. La xDrive25e que hemos probado entrega 245 CV, mientras que la 230e incrementa esa cifra hasta los 326 CV.
Ambas versiones enchufables se basan en una batería de casi 15 kWh de capacidad neta que permite una autonomía real, en modo 100% eléctrico y conducción mixta, levemente superior a los 70 km.
Además, existe una versión 100% eléctrica, denominada iX1, y que cuenta con unos 64 kWh de batería utilizable y versiones de tracción total (xDrive30) y tracción trasera (xDrive20). Estas alternativas 100% eléctricas tienen precios muy atractivos. La versión xDrive30, con 313 CV, cuesta desde 56.400 euros, mientras que la más asequible xDrive20, con 204 CV, sale por 48.900 euros. Aún no hemos podido probar estas versiones lo bastante a fondo como para estar seguros de su autonomía real en carretera… pero los 300 km están asegurados.
El BMW X1 xDrive25e
El X1 es, en general, una alternativa muy interesante. Dentro de su gama, el xDrive25e representa la opción más razonable para quien busque la etiqueta CERO y no se atreva a dar el salto a, por ejemplo, el 100% eléctrico xDrive20.
Dicho esto, la diferencia de precio entre el xDrive25e y el 230e es tan pequeña (unos 3.000 euros) que no se podría criticar a nadie por decantarse por el más potente. El xDrive25e cuesta desde 55.050 euros, mientras que el 230e sale por 58.050 euros. La versión que hemos probado cuenta con el nivel de acabado general XLine, que incrementa el precio en unos 3.000 euros.
El X1 destaca por tener una buena relación dimensiones/practicidad y un interior muy bien rematado, con buenas calidades, ajustes, materiales y tacto de los mandos. Los asientos delanteros, además, sujetan muy bien el tronco. El sistema multimedia y la instrumentación ofrecen unos gráficos excelentes, aunque la estructura de los menús es un poco compleja. Las plazas traseras ofrecen un espacio adecuado para viajar cómodamente, con cotas suficientes para rodillas y cabeza incluso en el caso de pasajeros grandes.
En marcha, esta versión del X1 ofrece un comportamiento muy agradable. El funcionamiento 100% eléctrico es silencioso y fantástico, y el funcionamiento en modo híbrido es realmente agradable, con el motor térmico y el eléctrico complementándose para proporcionar unas prestaciones, comportamiento y tacto de acelerador muy propios de un BMW. Incluso aspectos como el tacto del freno o la regeneración adaptativa están muy cuidados.