BMW X6 2015: Primera prueba

Muchos tildaron de locura la presentación del primer X6 que salió al mercado allá por el 2008. Pero BMW se mantuvo en sus trece y, seis años después, demuestra que su locura no fue tal al sacar la segunda generación. Pero si algo logró el todocamino coupé alemán fue poner en conformidad a todo aquel que se ponía al volante.
Y es que todavía nos resulta imposible comprender cómo una bestia que en la báscula marca más de dos toneladas de peso, puede tener un comportamiento tan ágil. Con el miedo de que esta segunda generación fuera a empeorar en este aspecto a su predecesor, nos subimos primero al xDrive 30d, el motor de ´acceso´ a la gama diesel. Y resaltamos la palabra acceso porque tener 258 CV como potencia de entrada es algo que muchos modelos miran con envidia.
Este motor destaca, sobre todo, por su confort de marcha ya que mientras circulamos a penas se percibe sonido y/o vibraciones. Como el resto de la gama, se asocia a una transmisión automática de ocho velocidades firmada por ZF que tiene una respuesta muy eficaz. El único pero que se le puede poner es que peca de remolona cuando pisamos con brusquedad el acelerador, tarando varios segundos en responder.
Pero claro, decimos esto porque previamente nos hemos bajado del M50d, el propulsor que cierra la gama diesel y que entrega la nada despreciable cifra de 381 CV. En él, la respuesta del acelerador es casi instantánea y desde las 1.300 rpm  obtenemos fuerza y sonoridad –parece un gasolina- suficiente para acometer cualquier situación.

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Aunque hablar de consumos en modelos como estos podría ser casi una quimera, lo cierto es que estamos ante dos propulsores verdaderamente ahorradores. El gasto medio homologado es de 6 y 6,6 l/100 km, respectivamente, es decir, lo mismo que muchos compactos diesel que se venden en el mercado con menos caballos y menos peso. Del mismo modo, a nivel prestacional, este X6 se torna en un auténtico deportivo. Los 230 km/h del 30d parecen quedarse cortos ante los 250 km/h del M50d mientras que en el paso de 0 a 100 km/h, ambos marcan unos excelentes resultados: 6,7 y 5,2 segundos, respectivamente.

Pero si por algo destacan estas dos variantes en particular y el resto de la gama en general, es por su comportamiento dinámico que, en ciertos momentos, se asemeja al de los mejores compactos deportivos. Sí, porque mover  más de 2 toneladas es algo que ya no preocupa ni siquiera a BMW, sino que la marca alemana lo que busca es más.

Para ello, dota a su X6 de un chasis mejorado en que, además podemos optar por hasta cuatro configuraciones diferentes. En los modelos que nosotros probamos se incluían los chasis Confort y M adaptative que cuentan con amortiguadores de ajuste variable en el eje delantero y muelles neumáticos en el trasero aunque la segunda tiene un ajuste de la suspensión más firme con el objetivo de tener una respuesta más deportiva.

Además, como opciones de equipamiento se podrán elegir otras dos configuraciones, Dynamic y Professional. La primera, sustituye la amortiguación variable por el Dynamic Performance Control –DPC– con el que se la fuerza del motor se reparte de manera independiente entre las ruedas traseras; y la suspensión neumática por el Dynamic Drive, una barra estabilizadora activa que reducen la inclinación de la carrocería en las curvas. Por su parte, el chasis Professional es una combinación de los chasis Confort y Dynamic.

La gama de motores se completa con otro propulsor diesel, que al igual que los probados se trata de un seis cilindros en línea de 3.0 litros que entrega una potencia de 313 CV y que adquiere el nombre de 40d; y otros dos de gasolina, el 35i de 306 CV y el 50i, un V8 de 4.4 litros que desarrolla 450 CV. Como tope de gama se sitúa el descomunal X6M, con el mismo motor del 50i pero que alcanza los 575 CV de potencia. Todos los motores cumplen la normativa de emisiones Euro 6 y están ya disponibles –a excepción del X6M que llegará al mercado en abril-.