El pasado 25 de febrero la Federación Española de Vehículos Antiguos (FEVA) y la Dirección General de Tráfico (DGT) se reunieron de nuevo para tratar la matriculación de los vehículos históricos. Al evento acudieron Raúl Aranda, presidente de FEVA, Francisco Martos, director técnico de FEVA, y Gabriel Lirola, presidente de la comisión legal de FEVA. La DGT, por su parte, estuvo representada por Francisco de las Alas-Pumariño, director de normativa.
Así, el principal objetivo acordado por ambos organismos fue mejorar la legislación en torno a este tipo de vehículos. En concreto, mejorar el texto regulatorio sobre los vehículos de colección RD 1247/95, así como “otras cuestiones relacionadas con la protección del Patrimonio de Automoción”, explica FEVA en un comunicado. De este modo, se simplificaría y abarataría el proceso de matriculación histórica para que ningún vehículo de estas características quedara excluido.
Esta modificación del mencionado texto, permitirá que “las administraciones puedan legislar sin excepciones estos vehículos de las normativas que están por venir, sin que estos tengan que perder el rigor respecto a la originalidad y conservación”. La DGT, en colaboración con FEVA, liderará las reformas solicitadas y “supondrá la homologación de nuestra legislación a la de los principales países vecinos de la Unión Europea”, continúa diciendo el comunicado.
Qué hay que hacer para matricular un vehículo histórico
En el momento en que esta medida llegue, las cosas serán mucho más fáciles para quien quiera matricular un vehículo histórico, proceso que, en su conjunto, es realmente tedioso y caro (oscila entre los 400 y los 600 euros). En la actualidad, la tasa tiene un precio de 98,78 euros y, para acreditar que se trata de un histórico, se tienen que comprobar requisitos como que tenga más de 30 años, que ya no se fabrique y que se conserve en su estado original, sin modificaciones.
En primer lugar, tienes que conseguir que tu Comunidad Autónoma catalogue como histórico el vehículo. Para ello, es necesario acudir a un laboratorio para que este compruebe y certifique que el vehículo en cuestión cumple los requisitos. A ello se le suma una ITV específica y un último paso que consiste en acudir a la Jefatura Provincial de Tráfico para presentar la tarjeta de inspección, cuatro fotografías a color del vehículo, permiso de circulación y la ITV (si el vehículo proviene del extranjero habrá que aportar documentación extra).
También hay que señalar las ventajas que este tipo de vehículos tiene con respecto a los actuales. Por ejemplo, reducción o exención del pago del impuesto de circulación, inspecciones de ITV más duraderas y permisivas o descuentos en el seguro.