1. Alfa Romeo 156 (1997)
No sólo fue uno de los automóviles más bellos de finales del siglo XX, el Alfa Romeo 156 también se convirtió en el primer modelo en incorporar motores turbodiésel con tecnología common rail. Concretamente los 1.9 JTD de 105 CV y 2.4 JTD de 136 CV.
En un principio, la marca italiana comenzó a desarrollar esta tecnología junto a Magnetti Marelli, pero finalmente BOSCH compró la patente durante el desarrollo. En cualquier caso, se respetó el derecho de Alfa a utilizar el common rail antes que Mercedes-Benz, que fue la siguiente marca en incorporarlo en las versiones diésel 220 CDI.
Sin duda, el common rail supuso un avance histórico para las mecánicas de ciclo diésel, ya que permitió reducir la sonoridad, las vibraciones y el consumo drásticamente.
2. Audi 100 TDI (1989)
Este Audi se convirtió en el primer automóvil en incorporar un motor TDI bajo el capó. Se trataba de un bloque de cinco cilindros en línea, con 2,5 litros de cilindrada y gestión electrónica, que desarrollaba 120 CV de potencia y 27 mkg de par, desde 2.250 rpm.
Audi 80 1.9 TDI (1991)
En 1991 el Audi 80 estrenaría el motor diésel más popular de los años 90 y el que popularizó las siglas TDI: el 1.9 TDI de cuatro cilindros y 90 CV, dotado de la misma tecnología que el propulsor del Audi 100.
En 1995 llegó una segunda variante de este motor dotada de un propulsor de geometría variable que llegaba hasta los 110 CV. Sin duda, esta versión fue durante años el referente entre las mecánicas de su cilindrada por prestaciones y consumo -en sucesivas evoluciones llegó hasta los 160 CV-. Eso sí, su tecnología inyector-bomba hacía que resultara ruidoso y que le faltara algo de empuje por debajo de 2.000 rpm.
3. Audi R10 (2006)
Este Audi consiguió uno de los mayores hitos en la historia de los motores diésel en competición: vencer en las 24 Horas de Le Mans de 2006. Su motor 5.5 V12 rondaba los 700 CV de potencia y los 1.110 Nm de par máximo.
4. Audi Q7 V12 TDI quattro tiptronic (2007)
Este Q7 estaba dotado de un bloque V12 de ciclo diésel, fabricado hierro enriquecido con grafito (un 40% más resistente que la fundición gris), es uno de los SUV más exclusivos e inclasificables de la historia.
Dotado de dos turbocompresores y dos intercoolers, desarrollaba 500 CV y 1.000 Nm de par, que le permitían acelerar de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos y alcanzar 250 km/h, con un razonable consumo medio de 11,3 l/100 km
Como muestra de su potencial, baste decir que el Porsche Cayenne Turbo de la época necesitaba 5,6 segundos para alcanzar 100 km/h. Eso sí, las pruebas de época aseguran que pese a ser rapidísimo, el retraso en la respuesta de los turbos era evidente.
5. Audi SQ7 4.0 TDI 435 CV quattro tiptronic (2016)
El motor 4.0 diésel del Audi SQ7 ofrece 435 CV de potencia y unos impresionantes 900 Nm de par máximo, gracias a la incorporación de dos turbocompresores.
Sin embargo, este Audi pasará a la historia por ser el primer automóvil en incorporar una red eléctrica de 48 V y un compresor eléctrico para reducir el retraso en la respuesta de los turbos. Con esta mecánica acelera de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanza 250 km/h.
6. BMW 740d (1999)
BMW fue el primer fabricante en ofrecer un motor V8 de ciclo diésel. Lo hizo con el 740d aparecido en el año 2000. Esta mecánica de 3,9 litros incorporaba un turbocompresor de geometría variable, dos intercoolers y 32 válvulas, para desarrollar un total de 238 CV. Se trataba de un motor tan avanzado que se montaba junto al propulsor V8 de 400 CV que empleaba el M5 de la época. Por supuesto, se convirtió en el automóvil con motor diésel más potente y rápido del planeta.
7. BMW M550d xDrive (2012)
El motor N57S, estrenado en el M550d xDrive, puede presumir de ser el primer motor diésel triturbo de la historia. ¿Su funcionamiento? Esta mecánica contaba con un turbo de gran tamaño, que soplaba a medio régimen, combinado con dos más pequeños de geometría variable, que soplaban a partir de 1700 y 2.300 rpm, respectivamente.
Desde ahí hasta el corte de inyección, a 5.500 rpm, los tres turbos soplaban a la vez ofreciendo un empuje nunca visto antes en un diésel.
8. BMW 750d xDrive (2016)
No es casualidad que desde la aparición de este 750d xDrive en 2016, el BMW Serie 7 es el coche diésel que más rápido acelera del mercado. Y es que, su propulsor de 3,0 litros y 6 cilindros en línea, desarrolla la friolera de 400 CV… ¡gracias al empleo de cuatro turbocompresores¡ Las prestaciones son comparables de los compactos deportivos más veloces: acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos, de 0 a 200 en 16,8 segundos y alcanza 250 km/h. Además, consume de media 5,8 litros.
9. Fiat Croma Turbo D i.d. (1986)
Pocos lo recuerdan, pero el Fiat Croma Turbo D i.d. equipó el primer motor turbodiésel de inyección directa del mundo. Se trataba de un propulsor de cuatro cilindros, con 1929 cc y 90 CV, que prescindía de la precámara de combustión… algo que le ayudaba a registrar un consumo de tan solo 5,7 litros y ofrecer una autonomía de 1.130 kilómetros. Eso sí, sus propietarios y la prensa especializada aseguraba que se trataba de un propulsor tremendamente ruidoso.
10. Mercedes 170D (1949)
Este modelo, comercializado entre 1949 y 1955, fue el automóvil que popularizó los motores diésel en Europa. Concretamente el Mercedes-Benz 170D que se convirtió en el primer automóvil surgido tras la Segunda Guerra Mundial en equipar un motor impulsado por gasóleo.
Se trataba del bloque el OM636 de 38 CV y, en muy poco tiempo, se convirtió en uno de los automóviles más deseados, en una época en la que tocaba reconstruir Europa. Y es que ofrecía un coste de utilización bajísimo y, gracias a sus 37 litros de depósito, contaba con una autonomía de 400 kilómetros… en un periodo en el que no sobraban las gasolineras.
11. Mercedes W116 300 SD (1977)
A finales de los años 70 Mercedes vende en el mercado americano y en Canadá el primer turismo con motor turbodiésel –Volvo ya había introducido este elemento en los camiones a mediados de los 50–. Se trataba del Mercedes W116 300 SD –el Clase S de los años 70–, dotado de un propulsor de cinco cilindros, al que se acopló un turbocompresor Garret y un sistema de inyección Bosch, para desarrollar un total 115 CV.
Con una aceleración de 0 a 100 km/h en 17, 0 segundos y una velocidad máxima de 165 km/h, sus prestaciones eran un referente entre los coches con motor de gasóleo.
12. Mercedes Benz W123 300 TD (1981)
El Mercedes W123, uno de los antecesores del Clase E actual, iba una década por delante de los coches de su época en lo que a confort se refiere. Y también por sus mecánicas diésel. Concretamente su variante familiar 300 TD Se convirtió en el primer Mercedes Benz con motor turbodiésel que se comercializó en Europa… y en el primer automóvil de la historia que ofrecía unas prestaciones similares a las de su equivalente de gasolina.
Bajo el capó, equipaba un propulsor de 3,0 litros y cinco cilindros, dotado de turbocompresor, algo que le permitía desarrollar 125 CV de potencia y 250 Nm de par máximo. Con él se convertía en el turismo diésel más rápido del mundo, al acelerar de 0 a 100 km/h en 15,6 segundos y alcanzar los 168 km/h de velocidad máxima. Además, incluía otras novedades, como un sistema de precalentamiento del combustible que permitía arrancar el motor en tan solo 5,0 segundos.
13. Mercedes W124 (1984)
Entre las virtudes de las mecánicas diésel de este Mercedes estaban la durabilidad -en el museo de la marca en Stuttgart descansa un ejemplar del 250 Diesel con 1,9 millones de kilómetros, todavía con el motor original-, las prestaciones y la suavidad de funcionamiento.
Además, al final de su vida comercial, apareció el E 300 Diésel de 136 CV, al que su motor de 6 cilindros en línea, con 3,0 litros de cilindrada y culata de 24 válvulas, ha convertido en el turismo diésel con motor atmosférico más potente que se ha vendido en España.
14. Mercedes C30 CDI AMG (2003)
El Mercedes C30 CDI, que se vendió con carrocerías SportCoupé, berlina y Estate, ha sido el único AMG de gasóleo de la historia. Bajo el capó equipaba mismo propulsor de 3,0 litros y cinco cilindros presente en el resto de la gama Mercedes… pero potenciado hasta alcanzar los 231 CV y los 540 Nm de par máximo.
Con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos se convirtió en el diésel más rápido del mercado… Pero ni su sonido ni su tacto de conducción agradaron a los clientes de AMG.
15. Peugeot 404 Diesel (1965)
Este espectacular prototipo, desarrollado a partir del Peugeot 404 Cabrio, batió 22 récords de velocidad la noche del 4 al 5 de junio de 1965 en el circuito de Montlhery, al recorrer 5.000 km en algo más de 30 horas, equipado con un motor diésel especial de 2,3 litros.
Unos días más tarde, entre el 11 y el 14 de junio, la firma francesa lo equipó con el propulsor de 1.948 cc y 68 CV que montaba la versión de calle del 404. Con el mantuvo una media de velocidad de 161,49 km/h durante más de 72 horas… Batiendo de nuevo más de 20 récords de velocidad para coches diésel.
16. Peugeot 604 Turbodiésel (1979)
El primer automóvil turbodiésel que se vendió en Europa fue un Peugeot, concretamente el 604 Turbodiésel. Esta berlina de 4,72 m (era enorme para la época) diseñada por Pininfarina incorporó en 1979 la primera mecánica turbodiésel de Europa: el bloque XD2S de 2,3 litros y 90 CV. Más adelante, ya al final de su vida comercial, incorporó el propulsor turbodiésel de 2,5 litros que ya montaban los Citroen CX y Peugeot 505.
17. Peugeot 3008 HYbrid4 (2009)
Aparecido en 2009, este Peugeot se convirtió en el primer diésel híbrido de la historia, al combinar un propulsor 2.0 HDI de 163 CV, conectado a las ruedas delanteras, con otro eléctrico de 37 CV conectado al eje trasero y que era capaz de desplazar al 3008 utilizando electricidad como combustible.
Este modelo tan bueno como cualquier otro híbrido en ciudad, pero ofrecía algo que no podían igualar ninguno de los 21 híbridos que se vendían en España cuando se presentó: un consumo en carretera inferior a 6 litros y unas prestaciones acordes a su potencia. Eso sí su caja automática de seis velocidades era lenta y esta versión resultaba cara en comparación con el 2.0 HDI de 163 CV equivalente.
18. Renault 30 2.1 Turbo D (1981)
Este Renault incorporaba una interesante novedad en su motor diésel de 2,1 litros y 85 CV: el primer intercooler. Este elemento mecánico rebajaba la temperatura del aire de admisión para incrementar su densidad y, por tanto, mejoraba el rendimiento. Se estima que este Renault ofrecía un 10% más de potencia que si únicamente hubiera equipado turbo.
19. Subaru Legacy 2.0 D Bóxer Diésel (2008)
Subaru fue una de las últimas marcas en desarrollar un motor diésel. Y lo hizo a su manera: con un motor de 2,0 litros, de cuatro cilindros bóxer, dotado de un turbocompresor IHI.
Está mecánica, estrenada por el Legacy en 2008, ofrecía una gran suavidad de funcionamiento gracias a sus cilindros opuestos. Además, era un propulsor progresivo y con un gran empuje a bajo régimen comparado con otros motores de la época, como los TDI de VW… También ha descatacado por su excelente fiabilidad, siendo posible encontrar unidades con más de 400.000 kilómetros que no han sufrido averías graves.
20. Volkswagen Phaeton 5.0 V10 TDI 313 CV (2002)
Esta lujosa berlina fue la encargada de estrenar uno de los motores diésel más exagerados de la historia: el 5.0 V10 TDI, del Grupo VAG, que desarrollaba 313 CV y 750 Nm de par. Más tarde este motor también llegó al Touareg y, en sucesivas evoluciones, alcanzó los 350 CV de potencia.
Gracias a sus 2 turbocompresores era capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos y alcanzar los 250 km/h, convirtiéndose en el diésel más rápido del mundo. Eso sí, su consumo medio homologado era de 11,4 litros y su fiabilidad estuvo por debajo de la habitual en VW.