La falta de mantenimiento en las carreteras españolas nos cuesta 2.000 millones de euros al año

Miles de conductores se enfrentarán en el mes de agosto a autovías y carreteras que sufren la falta de conservación y mantenimiento de estos últimos años, un problema que supone un sobrecoste anual para los españoles de cerca de 2.000 millones de euros, según las estimaciones de la patronal de ingeniería Fidex, que agrupa a nueve de las empresas más importantes e internacionalizadas del sector.


A lo largo del mes de agosto, los 165.000 kilómetros de carreteras españolas soportarán un total de 43,2 millones de desplazamientos, con algunos momentos críticos como la Operación Salida que comenzará este viernes 31 de julio hasta el domingo 2 de agosto.

La crisis económica de los últimos años ha producido una falta de inversión para la conservación en muchas carreteras, lo que implica un mayor gasto en combustible, debido a un peor deslizamiento del vehículo y un mayor desgaste en la rodadura de los neumáticos. Asimismo, un firme bacheado e irregular puede ser fuente de problemas mecánicos para el coche y conllevar costosas averías. Además, un pavimento irregular implica tener que reducir la velocidad y por tanto alargar la duración prevista de los viajes, un tiempo de más que tiene también un mayor coste hora para los usuarios de la red viaria.

Todo esto provoca un gasto de 2.000 millones de euros anuales en los bolsillos de los conductores españoles, según las estimaciones de la patronal de ingeniería Fidex. Unos costes extras que también se puede ahorrar el Estado si aumentara su inversión en mantenimiento y conservación de la red viaria, en tanto conservar es un 70% más económico que reconstruir de cero.

Mantenimiento fundamental

Uno de los puntos innegociables en conservación de carreteras es la resistencia al deslizamiento y la textura del pavimento, pues atañen a la distancia de frenado y a los efectos del «aquaplanning». Asimismo, las irregularidades del pavimento, además de causar un aumento del consumo de combustible, pueden aumentar las probabilidades de tener un accidente pues el control del vehículo se vuelve mucho más inestable.

Tampoco es negociable el estado de las marcas viales y las señales de tráfico, pues una mala conservación de las mismas puede complicar la conducción sobre todo en condiciones adversas de lluvia o nocturnas, cuando la visibilidad es menor y, por tanto, existe un riesgo alto para la seguridad de los ocupantes del vehículo y la del resto de usuarios de la vía.

La importancia de invertir en conservación y mantenimiento de la red viaria no es simplemente subsanar problemas que surjan en las carreteras, sino también chequear su salud periódicamente para valorar posibles inversiones futuras para mantenerlas.

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