La caída de las ventas de automóviles en Rusia está desatando sus primeras consecuencias. Si en diciembre, Audi, Jaguar–Land Rover y General Motors decidieron paralizar temporalmente sus ventas por la fuerte depreciación del rublo, ahora la marca norteamericana va un paso más allá al anunciar que, si recesión continua por este camino, suspenderá a mediados de marzo, y de forma temporal la producción en la factoría de San Petersburgo.
En un principio, el parón está programado para dos meses por lo que duraría hasta mediados de mayo pero si la situación se agrava, las medidas a tomar podrían ser más fuertes. En dicha factoría se fabrican los Opel Astra y Chevrolet Cruze.
Las ventas de GM en el 2014 en Rusia bajaron alrededor de un 26%, así que no le ha quedado otra alternativa que adaptar la producción a la demanda. La otra medida que va a tomar desde ya mismo es aumentar el precio de venta de sus modelos, por culpa de la devaluación de la moneda rusa.
Una medida que también están tomando otras marcas como Ford, que prevé un descenso notable de las ventas, o Volkswagen, en donde se habla directamente de cientos de millones de dólares en pérdidas.