La irrupción del coronavirus ha provocado una suspensión de gran parte de la actividad laboral en España. Este motivo a llevado a muchas empresas manufactureras a tener que decidir la situación de aquellos empleados que no pueden continuar con su trabajo debido al estado de alarma decretado por el Gobierno. Para muchas de ellas, la solución la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo o ERTE.
Dicho ERTE consisten en una suspensión temporal de la relación laboral entre trabajador y empresa. Dicho de otra forma, el empleado queda despedido durante el periodo que se haya especificado. Puede hacerse efectivo a una parte o a la totalidad de la plantilla y su duración depende del acuerdo entre la dirección y el comité de la empresa.
En lo referente al suelo que percibirán durante el ERTE, los trabajadores afectados por dicha medida ingresarán una prestación por desempleo. Esto es así porque al estar suspendida la actividad laboral también queda suspendido el sueldo. Durante los 180 primeros días será del 70% del salario bruto; después se reduce hasta el 50%. Por citar un ejemplo, para un salario bruto de 1.000 euros, los seis primeros meses se percibirán 700 euros de prestación y 500 a partir de esa fecha 500 euros por una duración máxima de hasta dos años.
La cotización de cada trabajador no acredita tener más o menos prestación, ya que esta queda regulada por el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM). Así las cosas, el máximo que un trabajador afectado por un ERTE varía también en función de cuestiones como los hijos. Si tiene dos o más se llevará un máximo de 1.411,83 euros al mes. Si no tiene, la prestación será de 1.098,09 euros mensuales.
¿Quién tiene derecho a cobrar la prestación?
Como recoge la normativa laboral, solo los trabajadores con una cotización superior a los 180 días durante los cinco años anteriores a la aplicación del ERTE podrán beneficiarse de dicha prestación. No obstante, dada la excepcionalidad de las circunstancias a causa del coronavirus, el Gobierno garantiza que todos los afectados por un ERTE tengan derecho a recibir la prestación por desempleo.
La vuelta a la normalidad tras el ERTE obliga a la empresa a readmitir a los trabajadores afectados debido a su carácter suspensivo. Pero estos no recibirán ningún tipo de indemnización por ello. En circusntancias normales, la prestación percibida sí que consumiría el paro. No obstante, todos los ERTE han sido producto de la pandemia, por lo que, por decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez, no consumirán paro.
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