Preguntes a quien preguntes en Toyota, aquí, en los cuarteles europeos o en la central japonesa, todos te dirán que el volumen no es una obsesión para Toyota, es consecuencia del trabajo.
Y ese trabajo viene posibilitando desde 2020 que el Grupo Toyota no solo haya vuelto a liderar el mercado mundial sino que además, haya batido su récord de ventas: si sumamos las ventas de turismos y utilitarios de Toyota, Lexus, Daihatsu e Hino (filial de productos pesados), el grupo Toyota totaliza 11,2 millones de unidades creciendo un 7 por ciento, con un tercio de los vehículos con electrificación parcial (HEV y PHEV) o total (104.018 BEV).
Cierto es que el eléctrico puro sigue siendo testimonial en la cartera de ventas del grupo con solo 104.018 unidades, pero Toyota espera una madurez del mercado y comienza a apuntar ya en esta dirección con lanzamientos potentes en 2025 camino de un quizás demasiado ambicioso objetivo global de 1,5 millones de ventas de BEV en 2026. Recordemos que la segunda posición del mercado global ha sido para el Grupo Volkswagen con 9,24 millones, casi tres millones de unidades por detrás.
Toyota, segunda marca más vendida en Europa
En Europa, las matriculaciones de Toyota y Lexus sumaron 1.173.419 unidades, de las cuales 819.000 electrificadas -70% del total- que consolidan a Toyota como la segunda marca más vendida en nuestro continente, detrás de Volkswagen. Y eso con una planta europea de Valenciennes que se queda corta pese a servir el año pasado 250.000 Yais y Yaris Cross.
En España ya queda lejos la holgada victoria de 2023 y el arranque 2024 no ha podido ser más demoledor frente a sus rivales, metiendo a la segunda marca, Seat, más de 2.500 coches de diferencia y teniendo en cuenta que Toyota sólo coloca en el mercado alquilador 1,6 por ciento de sus ventas totales, con cuatro coches en el top10 a particulares y en empresas liderando con Corolla y RAV4 en cuarta posición.

La clave del éxito de Toyota
Pero volvamos al principio, a ese liderazgo mundial. ¿Cuál es la clave? Toyota tiene la estrategia de ser un player relevante en los principales mercados mundiales, además de estar presente en todos estos pequeños mercados emergentes que controla y donde quiere seguir creciendo, por si hay algún pinchazo en alguna zona geográfica.
La fuerza del grupo Toyota, como hemos dicho, no está sólo en vender mucho, sino vender bien y en todas partes, algo que todavía les queda lejos a los grupos automovilísticos chinos, americanos o europeos, y siempre con buena reputación y liderando, más allá de Japón, Oriente Medio, África o Sudamérica. Solo Tesla parece haber entendido esta forma de actuar, pero le quedan lejos los mercados emergentes. Los huevos no están en una única cesta y así se evitan dependencias como las de los grupos alemanes de China, las marcas francesas de Europa…
Pero está claro que una expansión global cuesta -si no que se lo pregunten a los fabricantes chinos- y requiere tiempo para lograr reputación, empezar a fabricar localmente y así empatizar con la sociedad/economía de ese país/zona regional. Toyota, por ejemplo, inició su aventura americana en 1957 con su primer concesionario en Hollywood y ha tardado 55 años en romper la barrera de los dos millones de ventas en Norteamérica para colocarse en 2023 por delante de la local Ford.
Pero esta situación idílica global también vive nubarrones en forma de problemas por irregularidades en las certificaciones en modelos Hino y Daihatsu -ha suspendido su producción desde finales de diciembre para reanudarla ya este mes-, Toyota también ha detectado problemas similares en motores Diesel producidos en Japón que han afectado a diez modelos. Es verdad, que como ya sucediese en crisis anteriores, Akio Toyoda, la máxima autoridad moral de la marca, ha dado la cara lamentando que se hayan producido situaciones como éstas y prometiendo soluciones que focalicen en la fabricación, los empleados y el puro producto.
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