El Mazda MX-30 es el primer eléctrico de Mazda y una buena opción para quien busque un SUV compacto y eléctrico que preste servicio como segundo coche, piense conservarlo durante muchos años (de manera que la eventual depreciación a raíz de la llegada al mercado de modelos con más autonomía no sea un factor determinante) y cuente con espacio en las plazas traseras para acoger a niños de todas las edades.
Con 35 kWh de capacidad de batería, la autonomía real se queda en unos 170 km, y obviamente la idea no es emplearlo para realizar viajes largos. Es un poco más caro que rivales como el Peugeot e-2008 (que cuenta con una batería de 50 kWh) pero, a cambio, ofrece un diseño más exclusivo, un interior mejor terminado, un sistema multimedia más agradable y un tacto de conducción más refinado.
¿Cómo es la gama del Mazda CX-30?
- Precio: 37.040 euros
- Potencia: 145 CV
- Aceleración 0-100 km/h: 9,7 seg.
- Consumo: 19 kWh/100 km
Sólo hay una motorización, equipada con una batería de 35 kWh de capacidad bruta (30 kWh utilizables aproximadamente) y un motor delantero de 145 CV. En verano de 2021 llegará una versión con ampliador de autonomía que empleará un pequeño motor de gasolina para recargar la batería sobre la marcha.
Por dentro: como un Mazda CX-30
El espacio a bordo es similar al del CX-30, modelo del que deriva el bastidor del MX-30. El principal cambio en el salpicadero es la incorporación de una pantalla táctil para gestionar la climatización, aunque también existen controles físicos para la temperatura y la velocidad del ventilador. Detrás, un efecto secundario de las sólidas puertas Freestyle es que restan sensación de amplitud.
Mazda MX-30 2020: cómodo, ágil y con unas prestaciones razonables
El puesto de conducción es confortable, y el sistema multimedia es sencillo de manejar. Los acabados son buenos, pero la consola entre los asientos delanteros contrasta con el elegante minimalismo del interior. El respaldo del asiento del conductor incorpora unos mandos para moverlo desde las plazas traseras.
Al volante, el tacto de conducción del Mazda MX-30 es bastante bueno, a la altura de sus rivales premium y mejor que el que ofrece, por ejemplo, un Peugeot e-2008. La dirección es bastante precisa, el coche no da la impresión de pesar más de 1.600 kilos, y el tacto del freno es agradable, dosificable y fácil de modular en los últimos metros de detención.
Mazda no ha incorporado varios modos de conducción (como, por ejemplo, uno deportivo y otro ecológico). Mediante las levas del volante, podemos escoger entre cinco niveles de regeneración, pero carece de una función automática que la adapte al tráfico precedente (algo que sí ofrece el Kia e-Soul).
En cuanto al nivel de prestaciones no es impresionante (al contrario de lo que ocurre en otros eléctricos, como el BMW i3). Puede resultar un problema si sueles conducir por vías de doble sentido.
Mazda MX-30: La opinión de Autofácil
Buena opción si buscas como segundo coche un eléctrico, bien acabado, con buen tacto de conducción y unas plazas traseras decentes.
