El revuelo formado por el falseo de las emisiones contaminantes en los motores diésel, en el que primero fue protagonista Volkswagen pero ahora parece que varios fabricantes más –el último, Mitsubishi– podrían estar implicados, ha llevado a Mercedes-Benz a abrir una investigación interna que verifique que en sus propulsores no existe irregularidad alguna. El impulsor de estas pruebas ha sido el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, quien ha exhortado al fabricante alemán a que demuestre que está ´limpio´.
Precisamente este anuncio ha hecho descender las acciones de Mercedes-Benz un 5%, después de comunicar que la compañía «coopera completamente con las autoridades e investigará posibles infracciones, en cuyo caso, por supuesto, tomará las medidas necesarias». En cualquier caso, Dieter Zetsche, CEO de Daimler, ha declarado que «nuestro crecimiento en las ventas demuestra que estamos siguiendo la estrategia adecuada y que tenemos los productos adecuados en el mercado».
Lo cierto es que la compañía acaba de publicar los resultados de los tres primeros meses de 2016, anunciando un beneficio neto de 1.400 millones de euros, un 32% menos que el mismo período del curso pasado. Asimismo, las ganancias operativas de Mercedes-Benz han sido de 2.148 millones de euros, un 26% menos que en 2015. No obstante, las ventas totales se han incrementado en un 7% -unas 683.900 unidades aproximadamente- y la facturación ha llegado hasta los 35.000 millones de euros -incrementando un 2% entre enero y marzo-.
Por último, este requerimiento del departamento de justicia llega después de que el pasado mes de febrero se pidiera más información a Mercedes-Benz debido a denuncias de propietarios de vehículos de la marca, algo que no se investigó. Recordemos que, referente al mismo asunto, Volkswagen acaba de acordar el pago de 5.000 dólares por cada unidad afectada en los Estados Unidos.