Uno de los mayores problemas de los que adolece el Toyota GT86 es, posiblemente, la falta de fuerza a pesar de esconder bajo el capó un motor gasolina bóxer de 2 litros que entrega 200 CV de potencia. Ese inconveniente no es tal para Ryan Tuerck, un usuario que está instalando al deportivo nipón un propulsor F136 V8 de origen Ferrari. Tal es la repercusión de esta compleja modificación que la productora automovilística Donut Media -responsable de, entre otros, este vídeo del Nissan 370Z– se ha hecho eco de la noticia.
En cualquier caso, el proceso de adaptación del cambio de motor no es una tarea sencilla. Para empezar, el ´swap´ -intercambio- necesita una especie de jaula hecha a medida para alojar el propulsor de Ferrari; y es que hasta el marco del parabrisas ha tenido que ser recortado para darle cabida. Además, al estar en posición delantero, el motor se sitúa al revés que en los propios F430, California y 458 Italia -los modelos de la firma italiana que lo montan- para orientar correctamente las tomas de aire.
Concretando un poco más, esta mecánica F136 es un bloque gasolina con 8 cilindros en V dispuestos a 90º y 4.497 centímetros cúbicos. Lógicamente, sobresale ampliamente del vano motor del GT86, y desarrolla una potencia de hasta 605 CV a 9.000 rpm y un par motor máximo de hasta 540 Nm a 6.000 rpm. Sin embargo, lo lógico -aunque viendo el vídeo a continuación la lógica es casi inexistente- sería que el preparador hubiese optado por los 560 CV del California.