Nuevo Citroën C4 Cactus

¿Recuerdas al mítico Citroën 2CV? Pues, aunque el coche Citroën C4 Cactus no se le parezca en nada, tiene muchas cosas en común con él. Enseguida verás por qué...


Yo era muy pequeño, pero todavía me acuerdo de escuchar comentar a mi abuelo, en algunas ocasiones, que el Citroën 2CV era el mejor coche que había tenido. En verdad, después puntualizaba que no se trataba del mejor, pero sí el que le había dejado un gran recuerdo por su sencillez, practicidad, economía de uso y robustez. Pues bien, siempre he mantenido que, si tan bueno era –fue un éxito incontestable–, crear algo parecido adaptado a los nuevos tiempos sería una maniobra inteligente.

Citroën C4 Cactus 1.2 e-THP

Precio: 16.500€ aprox.
Motor: 1.2, 3 cil. en línea; 110 CV a 5.500 rpm; 209 Nm a 1.750 rpm.
Cambio: Manual de cinco velocidades.
Tracción: Delantera.
Prestaciones: 0 a 100 km/h en 10 seg.;
vel. máx.: 195 km/h.
Consumo: 4,8 l/100 km.
Peso: 1.080 kg aprox.
Valoración ?????
LO MEJOR Y LO PEOR
+ Diseño único, sencillez, precio, habitabilidad.
– Si buscas emoción al volante, no es tu coche.

Y, en 2013, Citroën presentó las imágenes del prototipo Cactus, el rápidamente designado como ‘sucesor del 2CV’, aunque sospecho que llevaba ya años queriéndolo hacer. Que se decidieran a fabricarlo es la razón por la que hoy me encuentro en Ámsterdam –Holanda– para comprobar si el C4 Cactus va a convertirse en algo tan revolucionario como lo fue el 2CV hace más de 60 años. Allí diviso un tropel de Citroën C4 Cactus de todos los colores.

Hay nada menos que siete acabados diferentes y un buen puñado de posibilidades de personalización. Lo primero que llama la atención es que la carrocería, de 4,16 metros de largo, 1,73 m de ancho y 1,48 m de alto, está muy protegida por añadidos de plástico –ver Técnica a la derecha–. Después, me percato de que ayer estaba equivocado: viéndolo en vivo, sigo sin lograr encuadrarlo en un segmento determinado.

En verdad, el C4 Cactus tiene un poco de compacto, de todo camino e, incluso, de urbano pues, a pesar de portar el emblema ‘C4’ en su portón trasero, está construido sobre la plataforma PF1 de PSA, es decir, la misma que la de los Citroën C3 y DS3, los Peugeot 208 y 2008.

La ciencia de lo básico y útil

Pero, más allá de su anarquía estética –que es cuestión de gustos, pero a mí me parece bastante pintoresco–, lo verdaderamente en cierto modo innovador de este coche es que adapta la esencia sencilla y funcional de aquel 2CV. Citroën ha optado por abaratarlo no limitando su calidad, sino eliminando todo el equipamiento superfluo que pocas veces se utiliza.

citroen c4 cactus interior

Por ejemplo, el techo panorámico –sólo cuesta 400€– no tiene cortinilla. Los elevalunas no son de un solo ‘toque’, el copiloto sólo dispone de una toma de ventilación y no tiene espejo ni luz en su parasol, no hay asideros en el techo y las ventanillas traseras no se bajan, sino que son de tipo compás.

Técnica

Insólito

No, esa especie de parches que ves en las puertas no son parte del camuflaje que el personal de Citroën ha olvidado retirar. Se trata de unos recubrimientos de plástico –denominados Airbumps– que contienen unas cámaras de aire que protegen la carrocería de, por ejemplo, los clásicos ‘picotazos’ originados por las puertas de otros coches. Según Citroën, cambiar estas planchas es mucho más barato que reparar la chapa. Además, intercambiarlas –hay 4 colores distintos– es muy fácil: sólo hay que soltar un tornillo ubicado en la cara interior de cada puerta.

Es evidente que el C4 Cactus está inundado de detalles ‘baratos’, pero cuanto más indago en su interior, más me doy cuenta de que es un automóvil francamente inteligente –pero, demonios, ¿cuántas veces pensabas abrir las ventanillas traseras?–, pues todas esas supresiones no sólo derivan en un precio más bajo –la versión más básica cuesta 14.750€–, sino también en una mayor ligereza y en un menor número de averías a la larga.

Todos los plásticos son duros, pero están bien ajustados, transmiten solidez y los de la parte de arriba del salpicadero están tapados por un recubrimiento blando muy agradable al tacto. Además, resulta bastante amplio, sobre todo por anchura.

Llegada la hora de iniciar la prueba en carretera, me topo con lo siguiente que ha sido sacrificado en favor del precio: la mecánica más potente tiene sólo 110 CV –es un 1.2 e-THP de gasolina que no estará disponible en la gama hasta finales de año–.

A pesar de tratarse de un motor tricilíndrico, no vibra demasiado, aunque el haber prescindido de buena parte del aislamiento acústico, provoca que su ruido llegue al habitáculo con claridad. Las carreteras comarcales de Holanda son de lo más irritante. Son aburridas, planas, estrechas y, además, están plagadas de bicis y badenes.

Aun así, puedo observar que el coche empuja con fuerza desde unas 1.800 rpm y estira con decisión hasta cerca de 5.500 rpm –esto lo intuyo, porque no hay cuentarrevoluciones–, una consecuencia clara de que este C4 Cactus supere la tonelada de peso por muy poco.

Además, sin ser para nada cuidadoso con el consumo, el ordenador marca unos razonables 7,0 l/100 km. El motor me gusta, pero creo que sería aún más aprovechable si la caja de cambio manual de cinco velocidades incorporase unos desarrollos un ‘pelín’ más cortos. Y, si ya de paso, mejorasen el tacto de la palanca, ya sería ideal.

Citroën C4 Cactus, guantera Citroén C4 Cactus, asientos delanteros
Arriba: El airbag del acompañante va en el techo, lo cual repercute en una gran guantera. Si lleva cambio automático, el asiento es corrido, como en el del 2CV original. Dcha.: La pantalla de 7″ es de serie y puede incluir, por 700€, un navegador que permite descargar aplicaciones como un avisador de radar, Wikipedia, Guía Michelin, música, redes sociales, gasolinera*… APntalla Citroën C4 Cactus

En los escasos tramos de curvas en los que se puede ‘apretar’ un poco, percibo que esa ligereza se traduce en una notable agilidad y en una buena predisposición a cambiar de dirección, aunque la suspensión, demasiado blandita en busca de confort, no impide que la carrocería balancee un poco más de la cuenta.

Por otro lado, la dirección es agradable de manejar, pero no demasiado informativa. No obstante, la naturaleza del coche no es deportiva, sino que invita a circular tranquilo a pesar de que, al menos con este buen motor, tiene unas aptitudes razonables para ir rápido.

La conclusión que puedo sacar de este vehículo es que, si el 2CV se le parecía, el 2CV era un gran coche. No es lujoso ni muy estimulante de conducir, pero es cómodo, robusto, práctico, económico y te hace la vida más fácil. Un coche, sin duda, muy inteligente.

Citroén C4 Cactus accion carretera

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