El lavado de cara que ´sufre´ la versión Turbo del Porsche 911 –la generación 991 data de mediados de 2013– afecta, como hace pocos meses, a los mismos elementos estéticos que a las variantes Carrera. Esto implica ligeros retoques en paragolpes, luces diurnas, faros, la entrada de aire emplazada en la tapa del propulsor y un catálogo de llantas/colores de carrocería ampliado –la tonalidad Miami Blue que puedes observar en la fotos es una de las novedades y cuesta 3.027 euros–. En lo referente al interior, en el Porsche 911 Turbo destacan la incorporación del volante estrenado por el ultradeportivo Porsche 918 Spyder –consta de tres radios y un diámetro reducido a 360 mm– y un nuevo sistema multimedia de aspecto más moderno pero, sobre todo, con un funcionamiento más intuitivo, rápido y con funciones añadidas, como la navegación a través de Google Maps o la posibilidad de conectar nuestro smartphone a través de CarPlay.
Prestaciones del Porsche 911 Turbo S
No obstante, lo que realmente demandan los seguidores/potenciales compradores del Porsche 911 Turbo es saber si realmente corre más que el anterior Turbo. Pues lo cierto es que sí. Y mucho. El propulsor es el mismo: se trata de un 3.8 seis cilindros bóxer con dos turbos que, en el caso del Porsche 911 Turbo S, son de mayor tamaño pasa conseguir ´escalar´ de 560 a 580 CV, y así ponerse al nivel de rivales como el Audi R8 V10 Plus –610 CV–, Mercedes-AMG GT S –510 CV– o McLaren 570S –570 CV–. De esta forma, la aceleración de 0 a 100 km/h se queda en 2,9 segundos –0,2 seg. más rápido que el modelo precedente– y la velocidad máxima llega hasta los 330 km/h.
Estas cifras se traducen en un tiempo de 7´18´´ en el Nordschelife, lo que supone que es 9 segundos más rápido que el Porsche 911 Turbo S 991.1 y… se queda dos segundos por debajo del registro del Porsche 911 GT3 RS, básicamente un coche de carreras con matrícula. Y, por si eso fuera poco, el paso de 0 a 200 km/h lo realiza en apenas 9,9 segundos –cifra que hasta hace no mucho registraban los buenos deportivos… en el paso de 0 a 100 km/h–.
Comportamiento del Porsche 911 Turbo S
Como hemos dicho, el volante es completamente nuevo y en él destaca un mando giratorio para seleccionar entre los cuatro modos de conducción disponibles –Normal, Sport, Sport Plus e Individual–, además de incorporar el botón Sport Response, que configura la respuesta del acelerador y el cambio de forma instantánea para proporcionar la máxima aceleración durante 20 segundos.
Hemos acudido hasta el circuito sudafricano de Kyalami para probar el Porsche 911 Turbo S. Se trata de un trazado muy técnico y con una historia muy llamativa, ya que aquí se llegaron a disputar hasta 18 Grandes Premios de F1 de manera consecutiva entre 1965 y 1985. Las carreras se suspendieron por diferentes cuestiones políticas hasta que en 1992 y 1993 –después de una remodelación–, se corrieron las dos últimas carreras de F1, que ganaron Nigel Mansell y Alain Prost, respectivamente –el mejor aquí fue Niki Lauda, con tres victorias en 1976, 1977 y 1984–.
El Porsche 911 Turbo S arranca de forma estruendosa, para asentarse en un ralentí bronco muy característico de este motor. Seleccionamos el modo Sport Plus –el más agresivo y deportivo posible–, y salimos como una exhalación detrás de un Porsche 911 GT3 RS de color blanco pilotado por un monitor experto. La aceleración del Porsche 911 Turbo S es indecente y recorremos la media recta de meta en un santiamén, para afrontar la primera frenada fuerte y abordar una curva a izquierdas de segunda velocidad que baja y después sube como un carrusel. Los frenos cerámicos de nuestro Porsche 911 Turbo S ofrecen un tacto preciso, sólido y permiten modular bien la distancia de aproximación. Giro el volante apenas un cuarto y el Porsche 911 Turbo S parece que se inscribe en la curva como un misil, pegándose al suelo como una auténtica lapa. El empuje es de tipo ´martillo pilón´ desde apenas 2.000 rpm hasta pasadas las 7.000 rpm, lo que se traduce en una capacidad de avance superlativa, algo a lo que contribuye el rapidísimo a la vez que suave cambio automático de doble embrague y siete velocidades. Además, la nueva función ´dynamic boost´ hace que los turbos sigan girando durante unos instantes aunque hayamos levantado el pie del acelerador; de este modo, cuando afrontamos una curva, a la hora de salir del giro volviendo a pisar el pedal derecho, la reacción es más rápida.
Por su parte, el hecho de que las ruedas del eje trasero sean capaces de girar, añade un plus de agilidad que hace que los cambios de dirección sean fulgurantes. Y, entre tanto, ese sonido industrial tan característico del Porsche 911 Turbo que derrocha carácter… aunque no resulta tan melódico como los de los anteriores Porsche 911 Carrera atmosféricos –básicamente porque los turbos y su ´soplido´ adquieren todo el protagonismo–. El único ´pero´ a reseñar es que la dirección, sobre todo en los giros donde demandamos el máximo agarre lateral de los neumáticos, no se muestra tan ´informativa´ como nos gustaría, lo que dificulta la lectura de la adherencia disponible por parte del conductor.
Después de unas cuantas vueltas, he decir que el Porsche 911 Turbo S nos ha vuelto a dejar sin palabras, ya que se muestra de lo más eficaz en circuito para después ´transformarse´ en un vehículo perfectamente válido para un uso cotidiano, algo que no todos los deportivos de semejante rendimiento pueden decir.
Precios del Porsche 911 Turbo
La gama Porsche 911 Turbo arranca en 200.822 euros para la versión ´normal´ de 540 CV y, para esta versión S, la cifra asciende hasta los 232.995 euros, lo que supone que, al margen del Porsche 918 Spyder, estamos ante el Porsche más caro de la actual gama.