El Honda Jazz lleva en el mercado desde 2001, cuando se puso a la venta su primera generación. Desde entonces, Honda ha vendido 5,5 millones de unidades, de los que 14.000 se han matriculado en nuestro país. La segunda generación llegó en 2008 pero, ahora, y de cara a mantenerse como uno de los minivolúmenes más prácticos del segmento, Honda ha dotado al Jazz de una nueva plataforma –la misma que la del reciente HR-V- y una longitud de 3.995 m, 95 mm más que su antecesor; a la vez que ha logrado una distancia entre ejes de 2.530 mm otros 30 mm mayor respecto al anterior Jazz. La capacidad del maletero también aumenta en 17 litros, llegando ahora a 354 l.
Los cambios no acaban aquí y, sin duda, los más vistosos llegan en el exterior, donde este rival de los Nissan Note, Ford B-Max o Kia Venga recibe un nuevo frontal que le asemeja a los últimos productos de la fábrica nipona como el CR-V o el citado HR-V. Pero, además, también cambia la gama de motores, que en el mercado español pasará a estar compuesta por un único motor 1.3 gasolina de 102 CV –que sustituye a los anteriores 1.2 y 1.4- y que destaca por ofrecer un consumo de 5,0 l/100 km equipado con el cambio manual de seis velocidades de serie, una cifra que se rebaja a 4,6 l/100 km si se opta por el cambio automático de convertidor variable CVT opcional –cuesta 1.000€ extra-. ¿La clave de estos números? El bajo peso del Jazz: 1.066 kg para la versión manual y 1.092 para la equipada con cambio CVT.
También son novedad en el modelo varios sistemas de ayuda a la conducción y de equipamiento. Entre los primeros destaca el control/limitador de velocidad con reconocimiento de señales –actúa junto a una cámara y, cuando detecta una señal de límite de velocidad, disminuye automáticamente la velocidad del Jazz y avisa al conductor-. Entre los segundos, el sistema Honda Connect ya conocido, por ej., en el Civic; unido a una pantalla táctil de 7”, incluye navegador y, además, permite conectar nuestro móvil y utilizar en el coche las apps de nuestro smartphone.
El espacio interior como gran baza
Con el citado aumento de tamaño y cotas, el Jazz disfruta de uno de los habitáculos más amplios de su categoría. De entrada, las plazas delanteras sorprenden por su anchura y, en las traseras, destaca el espacio disponible para las piernas, más propio de una berlina –Honda indica que ha logrado aquí 115 mm más de espacio respecto al anterior Jazz-. A cambio, en ellas sólo podremos situar a dos adultos de hasta 1,85 m –la forma del techo y el excesivo ángulo del respaldo de las butacas harán que los que superen esa altura no puedan apoyar completamente la espalda sin tocar con la cabeza en el techo- y a un niño, ya que la plaza central trasera resulta muy estrecha y, además, el asiento de la misma queda sobreelevado.
Sin embargo, el Jazz resulta único en su segmento por su modularidad. De inicio, los respaldos de las plazas traseras se pueden abatir en 60/40 dejando un fondo plano con respecto al maletero con una longitud de 1.505 mm –y una capacidad de 1.314 l hasta el techo-. Pero es que, además, también se puede abatir por completo el respaldo del asiento del acompañante, lo que permite transportar objetos de hasta 2480 mm de longitud, como por ej., una tabla de surf. Otra particularidad del Jazz es que la base de los asientos traseros se pliega hacia arriba, dejando un espacio notable para transportar objetos. Por último, el respaldo del asiento del acompañante se puede reclinar completamente hacia atrás, permitiendo que los pasajeros traseros puedan extender completamente las piernas sobre él.
En cuanto al diseño del interior, se mantienen las formas rectilíneas y angulares de los actuales Honda, con todos los mandos a mano y con multitud de huecos portaobjetos –incluido uno a la izquierda del volante del conductor que permite llevar una lata de refresco-. La calidad del habitáculo es correcta, ya que si bien todos los plásticos utilizados en el salpicadero son duros, los ajustes entre ellos son buenos y, en general, la impresión lograda es de solidez.
Por equipamiento, el Jazz destaca como un vehículo bien dotado. Y es que el acabado base Trend ya incluye elementos como ESP, seis airbags, aire acondicionado, control de velocidad con limitador de velocidad, radio CD con Bluetooth y mandos en el volante o luces Led. Sobre esto, el acabado Confort suma llantas de aleación del 15”, espejos plegables eléctricamente, dos tomas USB y 1 toma HDMI, y pantalla de 7” con el sistema multimedia Honda Connect. Por último, el acabado tope Elegance añade apertura sin llave, climatizador, llantas de 16”, faros antiniebla delanteros, cristales posteriores tintados, volante y pomo de la palanca de cambio en piel, cámara de visión trasera, alarma y una toma de 12V en la consola central.
¿Cómo va?
El Jazz es un vehículo con vocación urbana, y ello se trasluce a la hora de conducirlo. El nuevo motor 1.3 gasolina responde de forma muy suave y progresiva en todo momento, si bien no ofrece nunca una gran sensación de empuje –su par máximo, de 123 Nm, se logra a 5.000 rpm- y, para acelerar con rapidez, es obligado llevar el motor por encima de las 3.000 rpm. No es problema debido al buen manejo del cambio, de recorridos cortos y muy precisos -aunque su tacto podría ser algo más suave-, pero tiene como consecuencia que el ruido del motor se filtra dentro del habitáculo -el aislamiento acústico es mejorable- y hace del Jazz un coche ruidoso; a ello tampoco ayudan los desarrollos del cambio, cortos y pensados para aprovechar al máximo el motor… pero que, a cambio, implican circular a 120 km en sexta velocidad y por autopista con el motor girando a más de 3.100 rpm. Afortunadamente, este rodar alto de revoluciones no perjudica en exceso el consumo; y la unidad de pruebas logró un consumo medio de 5,9 l/100 en un recorrido que mezclaba un 30% de autopista con un 70% de vías urbanas y carreteras secundarias.
El problema del ruido del propulsor se reduce a bajas rpm si optamos por el cambio CVT opcional. Y es que esta caja, que cuenta con levas tras el volante de serie y un programa Sport –que mantiene el motor girando unas 800 rpm más rápido que el modo D y mejora la respuesta-, mantiene el propulsor en las menores revoluciones posibles a cualquier velocidad. A cambio, resulta lento en las transiciones de marcha y, si queremos conducir de forma ágil, acabaremos situando la palanca en el modo S y, además, recurriendo a manejar nosotros mismos las levas. Tal y como indican las cifras oficiales de consumo, el Jazz con cambio CVT gasta algo menos que el manual, quedando la cifra durante nuestra prueba en unos 5,6 l/100 km.
Dejando a un lado el propulsor, el Jazz ofrece una suspensión cómoda sin resultar blanda –contiene adecuadamente los movimientos de la carrocería- y que filtra bien la mayoría de desniveles, si bien resulta algo rebotona al circular sobre firmes en mal estado. Por otro lado, el equipo de frenos resulta adecuado para el ajustado peso del vehículo, actuando de inmediato nada más pisamos el pedal. Una opinión algo inferior nos provoca la dirección eléctrica del Jazz, que si bien resulta rápida y directa –ofrece 3,5 vueltas de tope a tope y un radio de giro notable en maniobras-, también resulta poco informativa para el conductor.
Precios del Honda Jazz 2015
GASOLINA | |
Honda Jazz 1.3 102 CV Trend | 15.900 € |
Honda Jazz 1.3 102 CV Confort | 16.900 € |
Honda Jazz 1.3 102 CV Elegance | 18.500 € |
Cambio automático CVT | + 1.000 € |
Incluye 5 años de garantía sin límite de kilometraje.