En septiembre de 2009, regresé al taller oficial porque tenía problemas para arrancar y sustituyeron el alternador -me costó 629 euros- y la batería -75 euros-. Sin embargo, ahí no acabó todo, dos días después el coche se quedó sin fuerza en medio de la autovía y estuve a punto de sufrir un accidente. En el taller me dijeron que había que cambiar la válvula EGR (válvula que recoge parte de los gases de escape del motor para volver a introducirlos en el cilindro, completando así su combustión y reduciendo el consumo) y que me costaría unos 240 euros. Llamé a atención al cliente porque no me explico cómo un vehículo con cuatro años y sólo 35.400 km puede tener tantos fallos seguidos, y me contestaron que no se podían hacer cargo de las piezas porque el Astra ya estaba fuera de garantía. Entonces, ¿de qué me ha servido pasar todas las revisiones en el taller oficial si luego no se tiene una deferencia comercial ante estos fallos graves? De hecho, considero que podrían llegar a considerarse defectos de fábrica puesto que, en una web de Internet, he encontrado más afectados con el mismo problema en la mencionada válvula EGR y en otros elementos como los colectores de admisión, el alternador, la ventanilla del conductor… ¿Cuál será el próximo que le tocará a mi Astra? Creo que la marca debería ayudarme a pagar las averías.
¿Qué hago?
Qué dice la marca
Como atención comercial, y con el fin de conservar la confianza de Víctor en la marca, Opel le reembolsará la mitad del importe de la factura correspondiente a la sustitución tanto del alternador como de la válvula EGR -en total, 434–. Por otra parte, le han informado que el mantenimiento que está realizando actualmente no es el recomendado, ya que las revisiones deben pasarse todos los años aunque el vehículo no haya alcanzado el kilometraje requerido.