El concepto es el concepto, como decía Pazos en aquella mítica película de Airbag en los años 90. Porque, ¿qué concepto tenemos de deportividad? ¿Cuál es el concepto de deportividad que te gusta? ¿Qué tipo de deportivo te comprarías?
Pues bien, estamos en un momento tecnológico en el que el cóctel de la electrificación, las ayudas electrónicas y los sistemas de seguridad está dando lugar a un concepto muy alejado de lo que podría ser un Lotus Elise, un Renault Clio RS 172, un Peugeot 206 RC o un Fiat Panda 100HP, pasando por cosas como los Porsche 911 de hace 20 años, los Golf GTI… o los BMW M5 de anteriores generaciones.

Estamos en un momento en el que las marcas de coches tienen que pasar por el aro en muchas cosas. Una de ellas es la electrificación y la reducción de emisiones. La cosa ha llegado a tal punto que las marcas, en según qué modelos, tienen que pasar sí o sí por la electrificación para cumplir con las medias de las emisiones. Y, si no se cumplen, el tema es tan complicado que hasta lo normal sería que determinados coches dejarían de existir.

Es lo que pasa precisamente con el BMW M5. Muchos petrolhead nos echamos las manos a al cabeza cuando nos dijeron que el M5 sería un híbrido enchufable. Y perdimos incluso el conocimiento cuando nos enteramos de que iba a pesar 2,5 toneladas. Pero a BMW no le quedaba otra: era crear este M5… o enterrarlo para siempre.
Y lo que han hecho ha sido… crearlo. Lo aplaudo. Estaba claro que las críticas iban a ser feroces, pero ellos han optado por sacar el BMW M5 adelante. Y, la verdad es que, después de probarlo, uno queda impresionado por lo que corre y por lo rapidísimo que puedes pasar por las curvas, incluso en carreteras estrechas y lentas donde un coche de 5 metros y 2,5 toneladas debería sentirse como un tiburón encerrado en una pecera…


Lo cierto es que cuando ves el BMW M5 en directo, ya te infunde cierto respeto. De alguna manera, es como si empezases a pensar que igual vas a tener que tragarte tus palabras… La estética del coche es imponente, con sus aletas ensanchadas, sus paragolpes deportivos, sus cuatro salidas de escape, sus llantas de 20 y 21” delante y detrás… Brutal.

Abres la puerta, ves los imponentes asientos y, una vez que te asientas en él, empiezas a percibir ese típico aroma de todos los M de última generación. Un volante regordete como una morcilla de Burgos (que, por cierto, a mí me resulta demasiado grueso), una instrumentación digital configurable muy bonita pero que mejoraría con unos relojes, que son siempre más rácing, y una gran pantalla central desde la que se maneja también casi todo y que por momento tiende a agobiar un poco hasta que descubrimos algunos botones en la zona del cambio que permite atajar mucho, afortunadamente.


Lo pones en marcha y el motor V8 4.4 biturbo toma todo el protagonismo. Él solito ya entrega 585 CV y 750 Nm de par, pero al mezclarse con el motor eléctrico nos encontramos con que el coche alcanza los 727 CV y los 1.00 Nm de par.
El cambio automático de ocho marchas y convertidor de par funciona igual de bien que en cualquier M completamente de combustión, y también puedes ajustar la respuesta de la caja como en aquellos, algo que también puedes hacer con la respuesta y el sonido del motor y del freno (el servofreno es eléctrico, por eso puedes regular su tacto), el tarado de la suspensión, de la dirección, de los controles de tracción y estabilidad y hasta el funcionamiento del sistema de tracción total, que te permite también dejarlo en sólo tracción trasera por si alguien se quiere dedicar a driftar.


El cóctel es impresionante. Y no ya por lo que corre, que es exageradísimo, si no por lo rapidísimo que puedes pasar por los sitios. El M5 necesita sólo 3,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, y eso significa que cualquier aceleración a fondo durante más de tres segundos que hagas saliendo de una curva significa, con total seguridad, que estés circulando por encima de los límites de velocidad de cualquier carretera.
No tienes la sensación de conducir un híbrido. Ni por cómo responde el motor ni por lo bien que funciona el cambio. Tienes la sensación de que eso corre muchísimo más de lo que debería estar permitido, y lo único que notas a veces es un leve silbido eléctrico que pasa bastante desapercibido con los bufidos del V8.


La cuestión es que, cuando llegas a las curvas, este coche hace magia. Las ayudas electrónicas, el trabajo de la suspensión y del sistema de tracción y la dirección a las cuatro ruedas hacen que tengas la sensación de llevar un coche mucho más pequeño y ligero. Sólo tienes que preocuparte de apuntar por dónde quieres ir, de tener un mínimo de sentido común para saber cuándo acelerar a fondo y prestar mucha atención a en qué momento debes saltar sobre el pedal del freno.
Mientras cumplas con esas normas, puedes ir como auténtico demente con una facilidad absoluta. No te lo crees. Simplemente, no es normal que el coche vaya tan bien. Eso sí, no esperes deslizamientos ni ligeras derrapadas. Si estás en un circuito, puede ser algo muy gratificante. En una carretera abierta al tráfico, tratar de jugar con eso es jugar con muchísimo fuego…


¿Se nota el peso? Siempre está ahí, sin duda. Pero el coche lo gestiona tan bien que creo que el principal problema que va a provocar está en los neumáticos. Entre lo que corre y lo que pesa, en un circuito no creemos que las ruedas aguanten más de dos vueltas si rodamos a fondo en pista.
Cuando te bajas del coche, puedes pensar que hasta los 163.500 euros están bien invertidos, pues no es normal lo que corre un coche así. Ahora bien, ¿tiene sentido? Supongo que el principal cliente de este coche será un adinerado alemán que irá a no menos de 250 km/h por las autobahn alemanas. El resto, supongo, será gente que querrá tener un M5 porque le gusta o por distinción, pero no por aprovechar su exagerado potencial.


La otra reflexión que uno hace cuando se baja del M5 es que, si todos los deportivos fuesen a ser a partir de ahora… pues ni tan mal, para qué nos vamos a engañar. No es lo que era un M5 hace 25 años, cierto, pero es que eso jamás va a volver. Y si este concepto se pudiese poner en un GTI actual, con el peso y la potencia acorde a otros precios, nosotros daríamos palmas con las orejas…
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