Las multas que han de pagar las marcas por las emisiones contaminantes son el principal motivo de que coches como el Toyota Land Cruiser llegue a cuentagotas al mercado europeo. En el momento del lanzamiento, Toyota afirmó que traería a España 250 unidades de la versión First Edition (la de esta prueba) y 500 del resto. Se agotaron.
Para 2025, Toyota indicó que traería al menos 500 unidades de las versiones VX y VXL; en el primer trimestre, ya han matriculado 355 unidades más… Teniendo en cuenta la poca disponibilidad de unidades y que el precio del coche arranca en los 85.450 euros, muy seguro hay que estar de que queremos un Land Cruiser para lanzarnos a por él. Más adelante habrá también una versión con hibridación ligera y etiqueta Eco de la DGT; el que se vende en la actualidad es C.
Lo primero que debemos tener en cuenta además de esos dos ‘detalles’ es que el Land Cruiser sigue fiel a su filosofía, de manera que es un todoterreno puro. Es decir, un coche de tracción total, neumáticos para campo y con un chasis con una suspensión multibrazo delante y eje trasero rígido pensado principalmente para circular fuera del asfalto. Ahí es un coche excelente.
Sin embargo, todas esas características que en campo le convierten en un cochazo, le hacen ser menos competitivo que un SUV en asfalto, por hablar de un tipo de coche de similares características desde el punto de vista del diseño. Recordemos que el Toyota Land Cruiser 250 mide 4,92 metros de largo, 1,98 de ancho y tiene 1,87 metros de alto. Pesa 2.445 kilos.
Cómo es por dentro el Toyota Land Cruiser 250
Dicho esto, vayamos a la prueba en sí. El interior destaca por su altura (para subir conviene apoyarse en las estriberas y agarrarse al asidero que hay por la cara interna del pilar A) y por el espacio que ofrece. Está muy bien hecho, con unos buenos ajustes y materiales agradables al tacto. Que está bien ajustado se nota especialmente cuando circulamos por pistas, pues no se escuchaban crujidos ni sonidos similares.
Hay bastante mandos físicos, de manera que no es difícil aprender a manejar lo esencial. La pantalla central no es nada espectacular comparado con lo que se estila pero, de nuevo, eso facilita mucho las cosas al conductor. Lo que es más discutible es la instrumentación digital configurable, pues navegar por ella para encontrar determinadas funciones, como la desactivación del control de cambio de carril, no es nada intuitivo.
Hay mucho espacio en las plazas traseras, tanto en la segunda fila como en la tercera, cuyos asientos se despliegan eléctricamente dejando sitio para dos personas de tamaño medio. Eso sí conviene que sean ágiles tanto para acceder como para mantenerse sentados, pues las rodillas van más elevadas y encogidas que en las plazas centrales.
En cuanto al maletero, oscila entre los 130 litros con siete plazas y los 556 litros con cinco plazas. No es poco, y menos aún teniendo en cuenta que el eje trasero y el sistema de transmisión ocupan lo suyo, pero sí es cierto que hay SUV’s de este tamaño bastante más capaces.
Así va el Toyota Land Cruiser 250
Empecemos por el apartado mecánico. Este Land Cruiser 250 cuenta con un motor 2.8 turbodiésel de cuatro cilindros con 204 CV a 3.000 rpm y un par de 500 Nm entre 1.600 y 2.800 rpm. Va asociado a un cambio automático por convertido de par de ocho marchas que se puede manejar de forma manual a través de la propia palanca, pero no hay levas en el volante.
Gracias sobre todo al buen funcionamiento del cambio y a la buena respuesta del motor a bajo y medio régimen, es probable que la mayoría de clientes del Land Cruiser no echen en falta más potencia. Pero no le vendría mal contar también con una versión más potente, sobre todo para afrontar adelantamientos en carreteras secundarias, por ejemplo.
Es un motor ruidoso, que se deja sentir con claridad en el interior. La parte buena es que apenas vibra, y no resulta especialmente tosco en su funcionamiento, por lo que resulta agradable de conducir.
En cuanto a consumo, en carretera lo habitual es moverse en torno a los 8 L/100 km de media, cifra que se acerca a los 9 L/100 km en autopista. En ciudad, y en función del atasco, no será difícil rondar los 10 L/100 km. Son cifras normales para coches de este estilo, y claramente superiores a un SUV de similares características en cuanto a tamaño.
En campo, la nota es muy buena. Es un coche voluminoso y pesado, y eso puede limitar el paso por zonas muy estrechas. Pero, si cabe, es difícil encontrar una situación donde este Toyota no pueda pasar igual que cualquiera de sus rivales. Muy probablemente, tendremos que irnos a preparaciones de coches 4×4 para encontrar modelos más capaces.
Tenemos una suspensión de buen recorrido con estabilizadora delantera desconectable a través de un botón junto al cambio, bloqueo del diferencial central y trasero, reductora… Tiene un ángulo de entrada de 31 grados, uno de salida de 17, el ventral es de 25 grados, la altura libre es de 205 mm y la de vadeo, de 700 mm. No son datos espectaculares, pero sí en línea con lo que podemos esperar de un coche así de serie.
Desde luego, en pistas, sea cual sea su estado, se desenvuelve como pez en el agua. En zonas más complicadas, creemos que da de sobra para cualquier situación que se quiera afrontar con un mínimo de sentido común.
Hay además un mando para elegir diferentes modos de conducción en campo. En función del que elijamos, se van adecuando la respuesta del acelerador, de la dirección, del cambio y del control de tracción. También otro segundo mando para seleccionar tres modos de conducción en asfalto que actúa sobre los mismos parámetros.
En asfalto, las dimensiones, el peso, los neumáticos (con llantas de 18 pulgadas y un gran perfil muy indicado para campo) y la configuración del chasis hace que el Land Cruiser sea claramente más torpe que un SUV de similar tamaño. Es normal.
Aun así, y siempre que tengamos en cuenta que un coche de este tipo requiere que lo conduzcamos con un poco más de calma y anticipación que un turismo, el Toyota Land Cruiser 250 es un coche fácil de conducir, muy estable y preciso en curva. También es bastante cómodo.
Vamos, que es un coche con el que se puede viajar perfectamente por carretera. En las carreteras secundarias, se encuentra menos cómodo cuanto más se retuerce la carretera, mientras que en ciudad no es un coche especialmente interesante sobre todo por sus dimensiones y su consumo.
Con todo, el Toyota Land Cruiser 250 es un coche a considerar sobre todo si vamos a circular por campo… y tenemos la posibilidad de pagarlo. De lo contrario, es muy probable que otro tipo de vehículo, probablemente un SUV, nos satisfaga en mayor medida.
