El 2CV se presentó en el Salón de París, en octubre de 1948, con un motor de 375 cc y 9 CV; se puso a la venta un año después. A España llegó a partir de 1956 y siempre importado.
Muchas evoluciones
En 1963, se incrementa hasta 16 CV la potencia del 2CV y se rediseña el salpicadero y los asientos.
En 1964 equipa nueva culata y carburador que elevan su potencia a 17,5 CV. A mediados de ese mismo año aparece la ‘lujosa’ versión AZAM, con un volante de dos radios, asientos más firmes y cromados exteriores.
Desde 1965 se incorpora un segundo cristal a la ventanilla delantera y, en 1966, llega el AZAM 6 de 602 cc y 28 CV; aún así, en el Salón del Automóvil de Barcelona de 1970 se mostró la última versión del 2CV de 425 cc, el 2 S, con asientos más anchos y juntas homocinéticas dobles -mayor suavidad de marcha- , que en nuestro país sería sustituida en 1971 por el AZAM 6 -bautizado como 2CV 6-.
No obstante, el 2CV de 425 cc se siguió fabricando en Vigo hasta 1978 -sólo para exportación-.
Una curiosidad
En 1965, se fabricaron en Vigo 80 unidades del 2CV Sahara para la Guardia Civil -para circular por pistas forestales-, que disponían de dos motores y dos cajas de cambio -uno para cada eje- y tracción a las cuatro ruedas:podía superar pendientes de hasta el 40%.
¿Y el precio?
Era caro, costaba franco fábrica 91.500 ptas -un 40% más que el Seat 600-.
Hecho en España
A partir de abril de 1958, el 2CV comenzó a fabricarse en Vigo, pero sólo con carrocería de furgoneta -AZU de 425 cc-; habrá que esperar hasta 1961 para ver los primeros 2CV berlina AZL de 425 cc, fabricados en España.
Por dentro
La simpleza del 2CV le convertía en un coche más que espartano, era el paradigma del equipamiento reducido a la mínima expresión, sin ninguna concesión al lujo.
Por ej., la reducida instrumentación sólo tenía cuentakilómetros y velocímetro y no incluía ni el indicador de combustible, las ventanillas eran de compás…
Así iba
El 2CV de 13 CV ‘andaba muy poco pero llegaba a todas partes’; la revista Velocidad sólo le cronometró 78,3 km/h de velocidad máxima y un consumo de 5,5 l/100 km.
Eso sí, el modelo de 1966 y 18 CV alcanzaba los 114 km/h, tardaba 56 seg. en recorrer el 0 a 1.000 metros y consumía entre 5,65 y 7,05 litros.
Conclusión
Era un coche modesto pero muy eficaz para carreteras y firmes en mal estado.
Incluso detractores del automóvil lo acogieron con simpatía -como modelo urbano- ya que representaba al coche que huía del lujo y las prestaciones, lo que constituía una expresión de inconformismo y del sentido práctico… pero, además, enamoró a gente culta e influyente, médicos, abogados…
Compacto de referencia…
Lo bueno… Poseía grandes virtudes: su amplitud, maletero, confort, altura al suelo y la capacidad para circular por malos caminos pero, sobre todo, destacaba su economía de mantenimiento y bajo consumo.
Y lo malo… Su sencillo interior era muy “rústico”; en marcha, resultaba ruidoso, la carrocería se inclinaba demasiado y alcanzaba poca velocidad; en ciudad, era incómodo de conducir por su poca visibilidad y dura dirección.
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FICHA TECNICA
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