Si buscas un urbano con pegatina ECO para viajar (y, por algún motivo, has descartado al Seat Ibiza de GNC), este es tu coche.
Vamos a ser francos: no todas las adaptaciones a GLP son iguales. A veces, vienen de serie con un ralentí inestable, chasquidos extraños, indicadores de cantidad de GLP poco precisos, vacíos de potencia a medio y alto régimen e, incluso, olores raros. Y en ese sentido, esta adaptación del Clio a GLP es muy buena... porque no hace ninguna de esas cosas extrañas (al menos, con las temperaturas exteriores propias del verano).
Ventajas e inconvenientes de la etiqueta ECO de la DGT
Además, su buen comportamiento posiciona a este Renault Clio como un modelo ideal para viajar... y su cifra de potencia le convierte en el único capaz de hacerlo con soltura dentro de los urbanos propulsados por GLP. Y, por supuesto, cuenta con las ventajas de la pegatina Eco y 1.000 euros de ayuda del Plan Renove (el precio oficial de esta versión Zen, incluida esta ayuda y financiando con Renault, es de 15.764 euros).
La alternativa obvia es el Seat Ibiza de GNC, que ofrece un coste por kilómetro imbatible y un funcionamiento fantástico. Sin embargo, con un depósito de gasolina de 9 litros, sólo es una opción aceptable para quien viva y transite cerca de las pocas estaciones de servicio con GNC disponibles (que sólo abundan cerca de las grandes ciudades).
La adaptación a GLP supone incorporar la válvula, el depósito, el selector y los inyectores. El bajo precio del combustible permite disfrutar de un coste por kilómetro casi tan bajo como el del diésel... sin la complejidad, coste y mantenimiento de esa clase de motor. La red de estaciones es aceptable, con más de 600 puntos... y siempre puedes usar gasolina.
El interior está bien rematado, ofreciendo una apariencia de calidad superior a la de sus rivales... pero la instrumentación digital y el sistema multimedia son mejorables.
Tanto los asientos delanteros (que ofrecen bastante sujeción y la dureza correcta) como la postura al volante (más propia de un compacto) y el espacio disponible son buenos y permiten viajar con comodidad.
La pantalla opcional de 9,3'' (desde 920 euros, incluye navegador) tiene una resolución y aspecto magníficos, pero encontrar algunas opciones no es fácil (no es un problema cuando te acostumbras) y la respuesta podría ser más ágil. La instrumentación digital cuenta con una pantalla de 7'', pero no se puede configurar.
Detrás es justo por el espacio para las piernas. El maletero, en cambio, es amplio.
Urbano con tacto de compacto. Ese es el secreto de los mejores modelos urbanos, y un buen resumen del comportamiento dinámico del Clio. No es tan ágil como, por ejemplo, un Ford Fiesta, pero sí es más cómodo, estable y fácil de conducir.
Buen motor: Al 1.0 TCe le falta un poco de garra a bajas vueltas pero, una vez que te acostumbras a no abusar de las marchas largas, ofrece un funcionamiento satisfactorio. La diferencia entre gasolina y GLP es tan pequeña (cambia el sonido y la respuesta) que sólo puedes percibirla alternando con el selector manual.
El consumo en un uso mixto ronda los 4 kg/100 km, equivalentes a unos 8 litros/100 km (debes saber que 1 kg de GLP equivale a 2 litros, y que el consumo en litros es más alto que usando gasolina, porque el GLP contiene algo menos de energía). Esas cifras se traducen en un coste por cada 100 km de 5,44 euros.
Al margen del motor, la característica más sobresaliente del Clio es su aplomo que, junto con un notable confort, ayuda a cubrir kilómetros sin esfuerzo. La dirección no transmite información, pero es suave y precisa. El tacto del freno es bueno, aunque la palanca de cambio podría tener recorridos más cortos, y desde luego no vendría mal contar con una sexta velocidad.
Los asistentes de reconocimiento de señales, mantenimiento de carril y distancia de seguridad funcionan bien, y compensa contar con ellos.
Es el mejor urbano con motor de GLP y pegatina ECO de la DGT. El funcionamiento del motor y las prestaciones son buenas, y se comporta bien en carretera. El acabado Zen es un poco caro.
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