Seat Ateca 2023: qué versión elegir

El Seat Ateca es uno de los SUV’s compactos más veteranos del mercado pero, al mismo tiempo, sigue siendo uno de los más equilibrados y deseados. Analizamos la gama para saber cuál es el más recomendable… según tus necesidades.

El Seat Ateca es un SUV de 4,38 metros de largo que se comercializa con una sola carrocería de cinco puertas. El modelo actual data de 2020, si bien es una actualización del primer Seat Ateca, nacido en 2016.

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Esta ‘relativa’ veteranía es la responsable de que todas las versiones del Ateca que se comercializan a día de hoy tengan la etiqueta C, y no encontremos variantes con algún tipo de electrificación que le permita ofrecer alguna versión con etiqueta Eco o Cero. Eso, probablemente, quedará para el próximo Ateca.

Sin embargo, e independientemente de eso, el Seat Ateca sigue siendo uno de los modelos más equilibrados de su segmento. Y, por eso mismo, también es uno de los más vendidos.

Pero centrémonos en la gama actual. El Seat Ateca está disponible con dos motores de gasolina y otros dos diésel. Entre los dos primeros, se puede elegir entre un 1.0 TSI de 110 CV o un 1.5 TSI de 150 CV. Por su parte, los dos diésel comparten el mismo bloque, el archiconocido 2.0 TDI de cuatro cilindros, pero se ofrece con dos versiones distintas de 115 ó 150 CV.

Tanto el 1.0 TSI como el TDI de 115 CV se ofrecen tan sólo con un cambio manual de seis marchas y tracción delantera, mientras que los dos motores de 150 CV pueden llevar esa misma caja manual o una automática de doble embrague y siete relaciones. De toda la gama Ateca, sólo el 2.0 TDi de 150 CV ofrece una versión de tracción total unida irremediablemente a cambio automático y al acabado más completo de la gama, el X-Perience.

Y ya que hablamos de ese acabado, veamos cuáles son los tres que ofrece el Seat Ateca: el más básico se denomina Reference, el intermedio es el Style y el más completo es el X-Perience. Después, y dependiendo del acabado, es posible incluir diferentes packs de equipamiento denominados M, L, XL… al estilo de las tallas de ropa. Por supuesto, también algunas otras opciones ofertadas de manera independiente a estos packs.

Por dentro, y en gran medida, el Seat Ateca sigue siendo un coche bastante tradicional. Y eso, la verdad, se agradece. Digo ‘tradicional’ por el simple hecho de que tan sólo nos encontramos con una pantalla dedicada al equipo de audio, el teléfono o cosas así, y eso significa que el climatizador, las luces, o cosas como el Stop&Start tienen botones físicos, de los de toda la vida. Así que en el Seat Ateca no hay que hacer ningún máster para descubrir cómo funcionan cosas elementales, y lo que es más importante: tampoco nos tendremos que distraer más de la cuenta si tenemos que manipular algunas de esas funciones mientras estamos conduciendo.

La parte tradicional también se mantiene en lo que a diseño se refiere. Más allá de la instrumentación digital configurable o algún otro detalle, el Seat Ateca apuesta por un diseño sobrio y formal, sin grandes concesiones a lo imaginativo. Y yo al menos lo prefiero, porque otras marcas pierden un poco el norte con esto y, al final, el diseño acaba condicionando la practicidad. Eso, en el Seat Ateca, desde luego que no ocurre.

Si analizamos la postura al volante, encontramos un asiento cómodo, que sujeta bastante bien y que cuenta con reglajes suficientes como para que no tardemos demasiado en encontrar la postura de conducción ideal, algo en lo que también incluyen los amplios reglajes del propio volante. Se va sentado más alto que en un Seat León, y también se lleva las piernas menos estiradas, pero se va a gusto y además esto facilita el acceso al vehículo. Por ponerle una pega, no hay ajuste en altura del cinturón de seguridad, aunque también es cierto que no lo hemos echado de menos.

Las plazas traseras están por encima de la media de su segmento en lo que a espacio se refiere. Las dos plazas laterales son francamente cómodas, y en la consola central encontramos salidas de aire y dos tomas USB-C. La plaza central es más dura y sujeta mucho menos el cuerpo, pero sigue habiendo espacio suficiente como para que tres adultos puedan viajar al menos un rato sin grandes problemas. La banqueta es fija, así que no se puede regular longitudinalmente, y tampoco se puede jugar con la inclinación del respaldo, dos cosas que sí ofrecen algunos rivales.

El maletero tiene 510 litros de capacidad, que está muy bien. Si fuese un Ateca de tracción total, esa capacidad bajaría a los 485 litros. Pero en el 1.0 TSI de esta prueba tenemos esos considerables 510 litros con unas formas muy regulares y un suelo que permite colocarlo en dos alturas. Es cierto que, cuando está en la posición más baja, se pierda cierta regularidad, pero merece la pena para meter objetos voluminosos. Vemos los clásicos ganchos, un punto de luz y una toma de 230 voltios, que es opcional por sólo 94 euros. Lo que sí es de serie son los tiradores ubicados en los laterales del propio maletero para abatir los asientos desde ahí, algo cada vez más habitual.

Pero si hay un aspecto donde el Seat Ateca destaca claramente por encima de la media es en el aspecto dinámico, y sobre todo en materia de comportamiento. El Seat Ateca sigue siendo un SUV con un nivel de comodidad elevado, no tanto como un Citroën C5 AirCross o un Hyundai Tucson, pero sí más que suficientemente cómodo para realizar cualquier viaje sin ningún problema. Sin embargo, pocos SUV’s de su tamaño tienen un comportamiento tan bueno. Es un coche ágil, que se conduce con una facilidad tremenda y cuyas reacciones son muy similares a las de un compacto como el propio Seat León, con el que comparte plataforma. Es un modelo tremendamente noble. Es de esos coches que, nada más empezar a conducirlo, parece que los llevas años a sus mandos.

¿Y de los motores? Si hablamos de los gasolina, lo tenemos claro: nos quedamos el 1.5 TSI de 150 CV. A igualdad de acabado, hay sólo unos 2.000 euros de diferencia comparado con el 1.0 TSI de 110 CV, pero la diferencia de motor es muy superior a esa cantidad. Hay un Seat Ateca 1.0 TSI  110 Reference desde 28.570 euros (el Style sale por 32.040 euros), y un 1.5 TSI Style desde 34.230 euros.

El hecho de tener cuatro cilindros y una mejor respuesta a bajas revoluciones, además de un sonido más fino, hace que Seat Ateca 1.5 TSI 150 parezca casi otro coche comparado con el Seat Ateca 1.0 TSI 110. Lógicamente, también es bastante más rápido, un aspecto en el que el 1.0 TSI no se defiende mal, pero el conjunto de mejoras del 1.5 TSI hace que sea una compra más recomendable. Además, el consumo real es prácticamente el mismo, por aquello de que el 1.5 puede funcionar con sólo dos cilindros cuando apenas se acelera. Y, por si fuera poco, el 1.5 TSI también se ofrece con cambio automático, una alternativa que le sienta muy bien a un coche como el Ateca.

En el caso de los diésel, la diferencia se sitúa en unos 2.400 euros a igualdad de equipamiento. Hay un Seat Ateca 2.0 TDI 115 Reference por 32.220 euros (el TDI 115 Style cuesta 35.490 euros), y el Seat Ateca 2.0 TDI 150 Style sale por 37.830 euros. Al ser el mismo bloque, no hay apenas diferencia en refinamiento o sonoridad, así que la única diferencia son las prestaciones y que el de 150 CV puede llevar también cambio automático. Pero, como el de 115 CV ya se mueve con suficiente soltura, el de 150 sólo es recomendable si lo queremos automático o si nos gusta conducir ‘a ritmos alegres’, pues el consumo en ambos casos, y a igualdad de conducción, es prácticamente idéntico.

Ahora bien, ¿interesa comprarse un Seat Ateca diésel o gasolina? Pues bien, en la actualidad, la duda entre diésel y gasolina está más clara que nunca, y más aún si se trata de un coche como este Seat Ateca, que cuenta con dos motores de gasolina de consumo muy razonable. Así las cosas, quédate un Seat Ateca diésel si vas a realizar mas de 20.000 kilómetros al año y la mayoría son por carretera, sin trayectos cortos en los que detengas el motor a los pocos minutos de haber arrancado. Si, por el contrario, vas a recorrer menos de esos 15.000-20.000 kilómetros al año y sobre todo te vas a mover por ciudad y alrededores, principalmente con trayectos cortos, no lo dudes: mejor opta por un Ateca de gasolina.

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