Nuestro lector Darío Ferreiro de Lugo, nos plantea que quiere cambiar su actual BMW 320i de 2007, por un modelo con carrocería familiar que utilizaría fundamentalemente por carretera los fines de semana de manera que recorrería entre 15.000 y 30.000 km al año. Las cualidades que más valora en los coches son la comodida, las prestaciones y la estabilidad y su presupuesto no puede superar los 40.000 euros.
Su duda se encuentra entre comprar el Skoda Scout o el Volkswagen Golf Alltrack, eso sí tiene claro que en ambos casos debería montar el motor TDI de 184 CV.
Analizadas las dos opciones que plantea nuestro lector, lo primero que hemos de decir es que se trata de dos interesantes familiares, tecnológicamente similares pero con algunas diferencias en cuanto a comportamiento –el Golf va más firme de suspensión y reacciona más dinámicamente, mientras que el Skoda es más cómodo–. Evidentemente, también encontrarás diferencias en cuanto a habitabilidad a favor del Scout. Por motricidad hay empate. Las diferencias las marcarán siempre los neumáticos que se monten.
Tampoco hay diferencias en cuanto a consumos. Ambos son mecheros, sobre todo si se adoptan velocidades de crucero altas; a 120 km/h en autopista todos los coches gastan poco, pero el motor 2.0 TDI de 184 CV es especialmente brillante circulando a cruceros elevados. Por otra parte, también sugeriríamos a nuestro lector que tenga también en consideración el Seat León X-Perience, que es algo más asequible que el Scout y bastante más respecto al Golf. El X-Perience es incluso más dinámico que el Golf, aunque no tiene rueda de repuesto y las luces largas de ledes son menos eficaces que las bi-xenón.