El Model 3 es el tercer modelo de la marca americana de coches 100% eléctricos Tesla. Es un modelo más pequeño y asequible que los Model S y Model X. También cuenta con una batería de menores dimensiones.
Ya está a la venta en dos versiones, la Long Range, que cuesta desde 59.100 euros y ofrece 351 CV y la Performance, con un precio de 70.100 euros y capaz de entregar 462 CV y acelerar de 0 a 100 en sólo 3,5 segundos. Ambos están dotados de una batería de 74 kWh, aunque Tesla prefiere hacer hincapié sobre todo en la autonomía homologada según ciclo WLTP: 560 y 530 km, respectivamente.
El Tesla Model 3 por fuera
El Model 3 se ofrece con una sola carrocería de tres volúmenes y cuatro puertas, de 4,69 metros de longitud. Es 29 cm más corto que un Model S y de un tamaño comparable a rivales con motor de combustión interna como el Audi A4, el BMW Serie 3 o el Mercedes Clase C.
Con sólo 1,44 metros de altura, es un coche bajo para tratarse de un eléctrico. Eso contribuye a una superficie frontal pequeña que, combinada con un coeficiente aerodinámico sobresaliente (el Cx es de sólo 0,23), da como resultado una resistencia aerodinámica muy baja€ y ello, a pesar de los anchos neumáticos de 235 mm de sección y llanta de 20» que equipa de serie.
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El exterior está repleto de detalles curiosos. La calandra carece de orificios porque el coche apenas tiene necesidades de refrigeración. Los tiradores no sobresalen de las puertas para reducir la resistencia aerodinámica, aunque a diferencia de los del Model S y X (o el Jaguar I-Pace) no salen mediante un motor, sino que hay que abatirlos usando el pulgar.
El Model 3 cuenta con ocho cámaras, de las que tres están ubicadas en !a zona superior del parabrisas, dos se encuentran en las aletas delanteras, otras dos vascongadas en los pilares B y la última se encuentra en el maletero. Además, cuenta con 12 sensores de ultrasonido invisibles bajo los paragolpes (los del resto de fabricantes requieren un pequeño orificio) y un radar de largo alcance montado tras el paragolpes delantero (y también invisible).
La apertura se realiza mediante una tarjeta RFID similar a la de cualquier hotel. Tesla entrega dos de estas tarjetas con el coche. Además, pueden asociarse al vehículo hasta 19 teléfonos móviles, que lo abren mediante Bluetooth. Es posible comprar un pequeño mando ‘convencional’ (con botones tradicionales y forma de coche), pero hemos comprobado que la apertura y el arranque mediante el móvil funciona estupendamente.
Otro detalle es que cuenta con dos maleteros, uno delantero de 80 litros (no muy profundo, e ideal para guardar los cables) y otro trasero de 340 litros (parecen más, aunque es algo estrecho).
El interior del Model 3
El interior del Model 3 es, literalmente, muy chocante. Podríamos definirlo como un cruce entre minimalismo, sobriedad y austeridad. Está presidido por una pantalla de 15» que aglutina prácticamente todas las funciones del coche. Los únicos mandos físicos son los de los intermitentes y las luces largas, el cambio de marchas, los elevalunas, el warning y la apertura de puertas (que es eléctrica).
El resto se controla a través de la pantalla, con la ayuda de dos joystick situados en los radios del volante. La primera impresión que tienes es de miedo: ¿cómo se regula la columna del volante? ¿los aireadores? ¿el limpiaparabrisas? Sin embargo, todo es terriblemente sencillo. Estamos probablemente ante uno de los mejores interfaces con el usuario de la historia. La clave es que el diseño de las zonas y las funciones de la pantalla táctil es excelente, y su respuesta es instantánea. Además, su inteligencia a la hora de, por ejemplo, buscar destinos en el navegador, está a la altura de la de Google. El resultado es que es uno de los coches más sencillos de usar del mundo. Magistral. Un 10. Sublime.
Dicho esto, el interior tiene un aspecto menos lujoso de lo esperado para tratarse de un coche de 70.000 euros. Además, hemos detectado algunos detalles de acabado mejorables, como juntas de goma que no ajustan bien. Los materiales serían correctos para un coche de 40.000 euros, pero no ya para uno que cuesta el doble (si incluimos opciones, nuestra unidad sale por 80.000 euros).
La habitabilidad es correcta para tratarse de un coche de 4,69 metros de largo, pero siendo un eléctrico (que permite sacar más partido al interior porque los motores no son tan voluminosos) esperábamos disfrutar de un poquito más de habitabilidad trasera, y de una banqueta trasera un poco más alta, que no obligase a llevar las piernas tan flexionadas. En este sentido, el Model S es un modelo muy superior, y más adecuado para viajes largos.
El techo, que es completamente de cristal, es soberbio, cuenta con el tinglado adecuado para que el sol no moleste, y ofrece unos centímetros extra de espacio para la cabeza de los pasajeros traseros que son fundamentales para su confort.
Resulta chocante la ausencia de detalles como un cargador inalámbrico para el móvil, o la apariencia un poco mejorable de la consola central trasera. Como decimos, es un interior con numerosos claroscuros, a excepción del interfaz con el usuario, que es ejemplar.
Cómo va el Tesla Model 3 en marcha
Arrancar el Model 3 es tan sencillo como subir a bordo con un móvil registrado, pisar el freno y tirar hacia abajo de la palanca derecha del volante, hasta la posición D. No hay botón de encendido o apagado, y es que, si lo piensas, para qué sirve.
La marcha se inicia con absoluta suavidad. El tacto del acelerador es bastante afilado, pero no tanto como para avanzar a trompicones. Además, se puede seleccionar una modalidad de respuesta ‘calmada’ en la que la aceleración (y el consumo) son menores. Al soltar el acelerador se obtiene cierta regeneración, aunque la desaceleración no es tan pronunciada como, por ejemplo, en un BMW i3, y durante la conducción se utiliza el freno con relativa normalidad. Es decir, no es tan evidente como en otros coches eléctricos que !a idea del fabricante es que conduzcan sin usar el pedal de freno y anticipándote muchísimo al resto del tráfico. Personalmente, lo encuentro más confortable€ y estoy convencido de que los pasajeros, también.
Las prestaciones en línea recta son muy buenas. Este Model 3 Performance acelera lo bastante como para que casi nunca se te ocurra pisar el pedal a fondo, ni cuando pretendes conducir deprisa. Además, gracias a la respuesta instantánea de los motores eléctricos, acelerar desde parado es mucho más fácil, rápido, efectivo y discreto que en cualquier rival con motor de combustión. No necesitas Launch Control ni cosas de esas€ simplemente pisa a fondo y sale como un misil.
El comportamiento y el tacto son dos áreas que aún ofrecen margen de mejora. El tacto es poco progresivo e informativo y la dirección apenas transmite información. No es que se trate de un coche perezoso. Al contrario, es bastante ágil, pero implica e informa tan poco al conductor que no invita a conducirlo deprisa. En este sentido, está muy por detrás de, por ejemplo, un Audi RS 3.
En cualquier coche eléctrico de baterías, la autonomía es el apartado más importante€ y es también el más fuerte de este Model 3. El consumo medio es bajo (inferior a los 20 kWh por cada 100 km), y eso se traduce en un alcance de casi 400 kilómetros€ realizando una conducción despreocupada. Conduciendo con mimo y en llano, seguro que es posible superar con holgura los 400 km. Esto marca una diferencia radical con rivales como el Jaguar I-Pace o el Audi e-tron quattro, más pesados y mucho más gastones.
Finalmente, hay que destacar el buen funcionamiento de lo que Tesla llama Autopilot ampliado. Básicamente se trata de una combinación del control de crucero adaptativo y el mantenimiento de carril, entre otros elementos, y funciona mejor que cualquier otro del mercado, de manera que los 5.300 euros que cuesta están justificados. En concreto, Tesla ha mejorado mucho la detección de coches que se meten en nuestro carril sin apenas dejar espacio, un problema de seguridad que presentan todos los demás sistemas y que obliga a permanecer siempre muy atento a las maniobras de coches adyacentes. El mantenimiento de carril también funciona muy bien, siendo utilizable tanto en autopista como en carretera.
La detección de presencia de las manos en el volante, sin embargo, es bastante mejorable: te pide una y otra vez y de forma innecesaria que demuestres que estás sujetando el volante realizando algún movimiento suave sobre el aro. Puede que Tesla arregle este aspecto mediante una actualización a distancia, pero lo ideal hubiera sido que montaran una detección de las manos mediante un sensor capacitivo, como hace BMW y acaba de comenzar a hacer Audi.
Nuestro veredicto
En definitiva, el Model 3 Performance es un coche muy interesante. Sin duda, se trata del eléctrico más sofisticado del mercado, y eso es muy equivalente a decir que es el mejor. Corre mucho y gasta poco. El interior es algo espartano, pero el interfaz es una delicia. Y ofrece cosas que no tiene nadie más, como un magnífico sistema de asistencia a la conducción o la red de supercargadores, en la que se puede recargar la batería del Model 3 en apenas media hora y a un precio de 0,29 céntimos por kWh.
Hay cosas que no nos gustan, y otras que podrían acabar de pilotar pero, en líneas generales, puede decirse que Tesla lo ha vuelto a hacer. El Model 3 es, en muchísimos aspectos, el nuevo rival a batir.
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