La app móvil Uber sigue estando en boca de todos. Tras su desembarco en España, donde empezaron a operar en Barcelona, esta aplicación, que permite realizar un servicio de taxi por parte de conductores particulares, está envuelta en un gran debate social en el que los taxistas consideran ilegal este tipo de aplicaciones.
El sector del taxi -que ha convocado manifestaciones contra Uber- considera que se trata de un servicio ilegal al ofrecer transporte de pasajeros con conductores que no cuentan con ninguna licencia, ni seguro específico ni responsabilidad civil, como sí se exigen a los taxistas tradicionales. Uber sí garantiza que los conductores pasan un proceso de selección «riguroso», que cuentan con carné de conducir, que no tienen antecedentes y que su coche ha pasado la ITV y cuenta con un seguro a terceros con cobertura ampliada.
Los usuarios registrados ya pueden solicitar el servicio de transporte en vehículos particulares en la capital española, desde un mínimo de 3 euros y con tarifas sustancialmente más reducidas que el taxi tradicional (en su estreno en Madrid operará con una tarifa base de un euro, y 0,15 euros por minuto y 0,65 euros por kilómetro recorrido, aunque el precio normal del servicio viene siendo 30 céntimos por minuto y 70 céntimos por kilómetro).
La compañía presume de que trayectos entre Atocha y el Círculo de Bellas Artes costaría 3,5 euros; de Princesa al Santiago Bernabéu, 5,5 euros; y de Alonso Martínez a Ciudad Universitaria, 6 euros. Coincidiendo con su llegada a Madrid, Uber ha recortado un 25% los costes de los trayectos a través de uberPOP en Barcelona y también en la capital.
Desde el Ministerio de Fomento se ha insistido en los últimos meses que es necesario contar con una autorización para prestar servicios de transporte de viajeros en vehículos particulares y que sus servicios de inspección velarán por que se cumpla la legislación. La normativa establece sanciones de entre 4.000 y 6.000 por operar sin licencia, y de hasta 18.000 en caso de reincidencia. El usuario del servicio también puede ser sancionado con entre 400 y 600 euros.