Al final, tenía razón Matthias Müller, el recién nombrado CEO del Grupo Volkswagen cuando decía que las consecuencias del caso de manipulación de emisiones por parte del consorcio alemán saldrían caras. Debido al escándalo, que parecía ´controlado´ tras el anuncio de un programa de compensaciones económicas en Estados Unidos, una reparación en Europa, ciertos recortes y la concesión de un súper préstamo de 20.000 millones de euros, se especula con que la empresa tendría que seguir apretándose el cinturón.
Y? ¿cuál es la solución más socorrida llegado este momento? Desprenderse de una de las múltiples marcas que posee la compañía. De este modo, Volkswagen podría vender en un principio la división de ingeniería de MAN, ocupada esencialmente de la fabricación de mecánica para embarcaciones y que está valorada en una cifra que oscila entre los 4.000 y los 5.000 millones de euros. Sin embargo, en caso de aplicarse en Norteamérica la sanción máxima –unos 34.500 euros al cambio-, con todo esto no sería suficiente.
Llegado el caso, a Volkswagen no le quedaría más remedio que deshacerse –y encontrar comprador, algo que tampoco es sencillo viendo las cantidades económicas que se manejan- de Ducati, Lamborghini y/o Bentley. No obstante, esta información no ha sido confirmada oficialmente, pero dada la encrucijada en la que se encuentra el grupo alemán no tiene muchas más alternativas.
