Aprovechando la visita del primer ministro británico, David Cameron, a las instalaciones de Bentley en Crewe (Reino Unido), Winterkorn anunció el paso a la producción de un SUV que se converttirá en el cuarto componente de la gama Bentley, junto con el Mulsanne, el Continental y el Flying Spur.
Para acompañar al nuevo desarrollo, el máximo dirigente de Volkswagen anunció una inversión de 800 millones de libras –931 millones de euros– en als instalaciones de Crewe, donde se producirá el nuevo modelo y la creación de, aproximadamente, 1.000 nuevos puestos de trabajo.
Por el momento no se ha adelantado información técnica acerca del nuevo modelo y ni siquiera podemos establecer cuáles serán las similitudes con el concept EXP 9F que Bentley ha exhibido en varios salones. Lo que sí se han apresurado a confirmar los portavoces de Bentley es que el nuevo modelo «mantendrá los niveles de lujo, prestaciones, calidad y artesanía que caracterizan a la compañía» y, yendo un poc más lejos han asegurado que el nuevo Bentley será «el SUV más lujoso y potente del mercado», lo que significa que tendrá, un motor que rinda, al menos los 612 CV, que arroja el propulsor del Mercedes Clase G 65 AMG, para lo cual recurrirá, presumiblemente a un motor V12.
Antes de tomar la decisión definitiva de llevar a producción el nuevo SUV, la marca británica ha estado, durante los últimos 16 meses, recabando la opnión de sus clientes ante la poerspectiva de un SUV Bentley y, según el fabricante, la reacción de estos ha sido «extremadamente psitiva».