Prueba del Citroën C5 Aircross Plug-in Hybrid: ¿el familiar total?

Dentro del enorme abanico de SUVs de tamaño compacto que inundan el mercado, cada uno tiene sus puntos fuertes y débiles. En el caso del Citroën C5 Aircross, los fuertes están claros: una gran amplitud interior y un sobresaliente confort de marcha. A cambio, hay alternativas, como el Seat Ateca o el Ford Kuga, que son más entretenidas de conducir si eso es un punto importante para ti.

El C5 Aircross fue presentado en 2017, si bien en Europa no aterrizó hasta 2019. Está construido sobre la plataforma EMP2 V2 (que es la versión que admite hibridación) y, en 2022, recibió un restyling cosmético y de equipamiento. A nivel técnico, tiene cosas en común con el DS 7, el Opel Grandland y los Peugeot 3008 y 5008.

Así es la gama Citroën C5 Aircross

La carrocería mide 4,50 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,65 metros de alto. Hay cuatro acabados: Feel, Feel Pack, C Series y Shine Pack. El primero se reserva para la versión de gasolina con cambio manual, que por precio es muy interesante: 27.645 euros. Ese motor de gasolina también puede adaptar una caja de cambio automática que se incluye de serie en el diésel, el cual parte del acabado Feel Pack.

Si nos centramos en la versión híbrida enchufable que hoy nos ocupa, se ofrece en configuración de 180 CV ó 225 CV, residiendo la principal diferencia entre ellos en la potencia que desarrolla el propulsor de gasolina: 150 ó 180 CV. El eléctrico es de 110 CV en ambos casos.

También hay una disparidad en cuanto a la capacidad de la batería, que es de 12,4 kWh en el ‘180’ y de 14,2 kWh en el ‘225’, siempre hablando en términos brutos. Por eso, el más potente homologa tanto un consumo menor como una autonomía eléctrica mayor: 64 km frente a 55 km.

Así es por dentro el Citroën C5 Aircross

La mejor carta del C5 Aircross reside en su gran espacio interior. Si, por ejemplo, nos vamos a su parte trasera, hay tres butacas individuales aptas para tres adultos. La central es sensiblemente más estrecha, no tiene Isofix y carga con el peso de que la consola del túnel central invade un poco el habitáculo trasero, pero aquí tres adultos pueden viajar bien gracias a la notable anchura disponible. Las cotas de altura y longitud son más normales.

Estos asientos traseros tienen regulación de respaldo y se pueden mover longitudinalmente en 15 cm para jugar con el espacio para las piernas y la capacidad de maletero, que es de 460 litros (600 litros colocando los mencionados asientos traseros en la posición más adelantada). Respecto a los C5 Aircross con motor térmico, el híbrido enchufable pierde 120 litros de maletero y 10 litros de capacidad de depósito de combustible, que se queda en 43 litros.

Si nos vamos a la zona delantera, disfrutaremos de unos asientos que Citroën llama Advanced Comfort, y que realmente hacen honor a su nombre. Ya eran cómodos antes, pero el restyling de 2022 les añadió 15 mm más de espuma, mejorando aún más este aspecto. Para largas distancias por autopista, son perfectos.

El habitáculo del C5 Aircross es acogedor. Hay calidades muy aceptables, mucho hueco portaobjetos, una lógica distribución de mandos y un módulo de botones bajo los aireadores que, si bien son táctiles, responden muy bien. Mejoraría con menos plástico duro en la parte media-baja del salpicadero y puertas, pero en términos generales no hay mucho reproche en cuanto a la terminación.

Quizá la parte que más me desagrade sea la de la instrumentación. Y por varias razones. Para empezar, entre las distintas visualizaciones que ofrece, no hay una clásica con esferas, cosa que yo echo en falta. Por otra parte, responde de forma demasiado lenta cuando te mueves por sus menús a través de los mandos del volante.

Así va el Citroën C5 Aircross Plug-in Hybrid

Puede ser el coche familiar total porque combina un amplio interior, un maletero muy decente y un notable confort con los beneficios asociados a su condición de enchufable, y que se traducen en que, en el día a día, puedes moverte en modo eléctrico durante unos 42-44 km aproximadamente.

El cargador embarcado es de 3 kW, pero hay uno de 7 kW opcional por 400 euros, que para mí es prescindible porque la batería de un enchufable por lo general es pequeña y no tarda muchas horas en recargarse. En esta terminación C Series viene muy bien equipado, tanto que el principal equipamiento opcional afecta a la pintura y a diferentes paquetes de asistentes a la conducción.

En orden de marcha, el C5 Aircross híbrido es muy cómodo y silencioso, en parte por su trabajado aislamiento del habitáculo. También colabora en este sentido la suspensión, muy blanda y absorbente, lo cual repercute eso sí en que, en curvas a ritmo ligero, el coche cabecee más de lo ideal.

De todas formas no es un coche que invite a ir rápido, de modo que eso no es mayor problema. Aun así se siente bien plantado sobre la carretera y el hecho de que disponga de un paralelogramo deformable en la suspensión trasera (algo exclusivo de las versiones híbridas en el C5 Aircross) quizá le dote de aún mayor confort a los ocupantes de las plazas posteriores.

Sus prestaciones son muy correctas. Los 180 CV combinados son suficientes para que no eches en falta más poderío en prácticamente ninguna situación. Hay un buen medio régimen que permite que la conducción sea tranquila pero no falta de energía.

La transmisión es de ocho velocidades y efectúa cambios de marcha casi imperceptibles. Hay unas levas tras el volante, pero no te recomiendo usarlas, lo primero porque su plasticoso tacto no es el más agradable, y segundo porque no siempre obedecen. Si manejas la caja de cambio de forma manual, a veces se muestra reticente en las reducciones.

De todos modos, como antes decía, no es un coche que invite a practicar una conducción dinámica. Ni siquiera parece preocuparse de que disfrutes al volante (en el que por cierto, encontrarás una asistencia elevadísima, otra cosa que mira por el bien del confort). El enfoque del coche es otro: desplazarte a ti y a tu familia de la forma más cómoda posible. Y ese papel lo cumple con muy buena nota con el añadido de poderte mover en modo eléctrico en determinadas circunstancias.

En cuanto a su consumo de combustible, como en cualquier híbrido enchufable, lo suyo es mantener siempre la batería con carga, puesto que eso te permite circular en modo eléctrico o, si prefieres hacerlo en híbrido, hacerlo gastando poco: unos 4,5 L/100 km en el caso del C5 Aircross.

Otro cantar es cuando la batería se agota, no la recargas y es el motor 1.6 turbo de gasolina el que carga con casi la totalidad de la impulsión del vehículo. En ese caso, el consumo real que hemos obtenido es de 8,0 L/100 km.