Además, otras compañías de la talla de Qualcomm, Oracle o VeriSilicon se han unido a Automotive Grade Linux -AGL-, un proyecto de colaboración con código abierto que permite la creación de avances tecnológicos relacionados con los coches conectados -entre ellos, con el entorno y con otros dispositivos-, el cual está basado en Linux. De esta manera, AGL surgió para hacer frente a las demandas tecnológicas de los coches que vienen en un futuro próximo, abarcando el entretenimiento, la seguridad y las comunicaciones.
Todo ello lo convierte en un sistema operativo que será el dominante en el sector de la automoción en muy poco tiempo. En este sentido, Dan Cauchy, director de la Fundación Linux de Automoción, ha declarado que «la industria del automóvil necesita un sistema operativo estándar, con una misma interfaz, que permita a los fabricantes una instalación similar -y por lo tanto, más rápida y con menor coste- en sus modelos». Algo parecido a lo que ocurre con Android en los teléfonos móviles inteligentes.