Al tratarse de la segunda vez en lo que va de año que se para la producción del Volt, numerosas voces apuntaron a que la razón está en los pobres resultados de ventas del híbrido de autonomía extendida. El anterior parón, en primavera, sí fue causado por un exceso de materiales en inventario para la demanda que en la práctica había. Desde entonces, los datos mejoraron, y las ventas del Volt en julio –10.666 unidades– suponen más del triple que las 2.870 de julio de 2011. GM cree que la mejoría fue causada en gran medida por el lanzamiento en marzo de una versión del Volt que cumple con los límites de emisiones exigidos en el estado de California para poder usar el carril de coches compartidos.
Es por ello que un portavoz de Chevrolet, David Darovitz, se apresuró el lunes a explicar que el cierre de la factoría se debe a la necesidad de adaptarla para el futuro Impala, un modelo en el que Chevrolet tiene depositadas muchas expectativas: “Los cambios incluyen hacer más eficientes ciertas áreas de la línea de producción, resolver los problemas de espacio para el almacenamiento de materiales, facilitar entrenamiento formativoadicional, etc”, explicó Darovitz.
La producción quedará suspendida en la fábrica de Detroit-Hamtramck entre el 17 de septiembre y el 15 de octubre. El sindicato United Auto Workers comunicó la noticia la semana pasada a los cerca de 1.500 trabajadores de la planta. En el mismo periodo, General Motors se lo hizo saber a sus proveedores. En la anterior ocasión se detuvo entre del 19 de marzo al 16 de abril. En Detroit-Hamtramck también se fabrican algunas unidades del Chevrolet Malibu.