Después de los dos meses de vigencia de la ampliación del Plan PIVE, el PIVE-2 ha servido para que se realicen 42.500 reservas, 5.264 más que en los dos primeros meses del PIVE inicial -agotado en enero-. Gracias a esta tendencia positiva -y pasado el efecto estacional de la Semana Santa, que provocó una caída interanual del 15,9 % en marzo-, Aniacam prevé un crecimiento de las ventas en un 10 % en abril, en el canal de particulares, y atribuye al PIVE-2 unas ventas adicionales de entre 45.000 y 50.000 unidades -pudiendo cerrarse el año con entre 680.000 y 700.000 unidades vendidas-. El Plan PIVE exige entregar un vehículo con más de diez años de antigüedad, y en este momento la edad media de los automóviles enviados a achatarrar supera los quince años.
A día 8 de abril, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía -IDAE- había recibido 43.096 reservas desde los concesionarios, lo que represtena un 28 % de los fondos destinados para el Plan PIVE-2.
Por otra parte, al contrario de lo que sucediera con el primer Plan PIVE, en esta ocasión se podrá seguir solicitando la ayuda aunque el presupuesto de 150 millones de euros se termine. El solicitante podrá optar a beneficiarse de una dotación adicional para el programa, creada con los excedentes del Plan PIVE del año pasado, procedentes de las reservas que se cancelaron. El IDAE se encargará de determinar la cuantía del importe adicional que se destine al PIVE-2. El primer Plan PIVE, con un presupuesto de 75 millones de euros, entro en vigor el 16 de octubre y se agotó el pasado 10 de enero. La industria confía en que, con el doble de dotación en el Plan PIVE-2, éste pueda aguantar más a pesar del mayor ritmo con el que se conceden las ayudas.
