Nissan NP300 Navara: Un paso hacia la modernidad

Con un motor más compacto y unas suspensiones traseras más refinadas, el nuevo Nissan NP300 da un importante paso adelante en cuanto a confort y seguridad activa.


Fabricado en España para los mercados de Europa, Oriente Medio y el Norte de África, el Nissan Navara NP300 pretende hacerse con una nueva cartera de clientes entre los amantes de la aventura y el aire libre que hasta ahora habían descartado la opción pick up por su falta de refinamiento.Nissan NP300 Navara: Un paso hacia la modernidad
Para ello, el Navara de doble cabina (del resto de la gama hablaremos más adelante) adopta una suspensión trasera mediante muelles, amortiguadores y cinco brazos (dos longitudinales a ambos lados del eje y otro transversal, en lugar de emplear las tradicionales ballestas. Con este nuevo desarrollo todo son ventajas. Desaparece la típica falta de comunión entre la suspensión delantera y la trasera, se conserva (e incluso se incrementa) la capacidad de carga (que supera la tonelada en todas las versiones), al tiempo que se mejora la motricidad, el agrado de conducción y la seguridad activa. Todo son ventajas, decíamos, salvo el coste de fabricación, según nos reconocen los propios responsables de Nissan. De hecho, ese dichoso coste de producción es el culpable de que no se haya ido un paso más allá y se haya descartado ofrecer la caja tránsfer con diferencial central que hasta ahora montaba el difunto Pathfinder (y que permite circular con tracción total de forma permanente, como ya lo hacen algunas versiones de los Nissan NP300 Navara: Un paso hacia la modernidadMitsubishi L200 y Volkswagen Amarok), así como unos frenos traseros de disco.
La suspensión trasera ha permitido, además, montar una dirección más rápida, mucho más cercana a la de un turismo que a la de un vehículo industrial, ya que el nuevo esquema de suspensión aumenta enormemente la rigidez torsional del eje trasero y no compromete su comportamiento si realizamos, por ejemplo, una maniobra de esquiva.
Bajo el capó también hay novedades. El anterior Navara empleaba el motor YD25, una mecánica de 2,5 litros que había sido convenientemente actualizada en varias ocasiones pero que no podía ocultar una cierta veteranía, ya que fue estrenada en 1998. El nuevo modelo monta el más moderno motor YS23, estrenado por el industrial NV400. Se trata de un tetracilíndrico de 2,3 litros disponible con uno o dos turbocompresores, lo que le permite ofrecer 160 o 190 CV, respectivamente. La caja de cambios puede ser manual, de seis velocidades, o automática, de siete.

Al volante del NP300 Navara de doble cabina

Hemos conducido una versión de doble cabina, con motor de 190 CV y cambio automático, y las sensaciones son muy positivas. Incluso con el vehículo descargado, el tren trasero absorbe adecuadamente las irregularidades del firme. Lo más positivo frente a su predecesor y frente a otros pick ups es el salto adelante en materia de confort, achacable principalmente a la suspensión. También da la sensación de ser más manejable, menos torpe y más pequeño de lo que es, algo en lo que tiene mucho que ver la nueva dirección, más rápida. El motor empuja bien y el cambio es suave, pero en la generación anterior existía una versión turbodiésel de tres litros cuyo motor V6 resultaba aún más potente y suave. El cambio, de siete relaciones y común con modelos de lujo como los Infiniti QX50 y QX70, ya estaba disponible en aquella versión. Se trata de una caja relativamente rápida, que realiza cambios muy suaves pero cuyo convertidor de par resbala constantemente para dulcificar la respuesta y evitar pérdidas de motricidad. El control de tracción también contribuye a que las ruedas traseras no derrapen, algo que pudimos comprobar mientras subíamos por la serpenteante carretera de montaña del puerto de Sóller, en la mallorquina sierra de Alfabia.
Nissan NP300 Navara: Un paso hacia la modernidadTambién pudimos hacernos una pequeña idea de las capacidades todoterreneras del vehículo mientras continuábamos nuestro ascenso a las Casas del Rey Sancho por una sinuosa pista empinada que no planteaba el más mínimo reto al NP300. Nissan no va a montar un bloqueo de diferencial trasero ni ruedas AT para no encarecer el vehículo, pero los recorridos de suspensión son buenos, hay una reductora bien desmultiplicada, abundante par y un control de tracción que emula el bloqueo de los diferenciales delantero y trasero de forma aparentemente adecuada, al menos sobre tierra seca. Para saber si echaremos de menos el bloqueo mecánico, habrá que esperar a tener la ocasión de realizar una prueba más en profundidad.

También hemos conducido el NP300 Navara King Cab

Además del doble cabina, también condujimos una unidad con cabina ampliada (o King Cab, en la nomenclatura de Nissan), con puertas laterales traseras de apertura opuesta a las delanteras y dos plazas auxiliares abatibles, dotada en este caso de motor mono-turbo de 160 CV, cambio manual y suspensiones convencionales mediante ballestas. El motor es netamente menos brillante, el cambio manual no tiene un selector especialmente rápido y aun menos preciso, pero la suspensión trasera está bastante bien resuelta y se puede contar entre las mejores del mercado, al menos en cuanto a confort. La dirección también es más rápida de lo que esperábamos, y en general resulta un producto bastante satisfactorio… a falta de conocer el precio, ya que Nissan no ha facilitado aún la lista definitiva.

Nissan NP300 Navara: Un paso hacia la modernidad

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