El Corsa OPC que hemos probado incluía, precisamente, este pack. Y, con él, el OPC va muy bien, tanto que tenemos serias dudas de que sea interesante adquirirlo sin él salvo para aquellas personas que quieran un OPC sólo para contar con una estética más deportiva, más motor y más exclusividad que la que le pueda aportar un Corsa normal. Si se busca un modelo para practicar conducción deportiva, el pack OPC Performance es totalmente recomendable.
Por dentro
Respecto a un Corsa con cualquier otro acabado, el OPC añade un volante y pomo de cambio más gruesos específicos del OPC, siglas que también aparecen en la instrumentación, que también varía ligeramente. También cuenta con unos pedales de aluminio, si bien lo más llamativo son unos semibacquets Recaro que ofrecen una excelente sujeción aunque, por ponerles una pega, limitan ligeramente el acceso a las plazas traseras –por otro lado, de las más amplias del segmento-. El maletero, con 285 litros, también ofrece una buena capacidad.
En marcha
El Corsa OPC tiene un motor 1.6 Turbo de 107 CV que responde con la energía que uno espera de un modelo así. Comienza a empujar con decisión por debajo de 2.000 rpm, y se mantiene así cerca de las 6.000 rpm. Su sonido es bronco y deportivo, pero uno espera que suene más todavía debido a que está fabricado por el especialista Remus. Quizá suene poco para los que quieran un sonido muy deportivo, pero la parte positiva es que permite realizar un viaje largo sin grandes molestias para los demás pasajeros. El cambio manual de seis marchas es suficientemente rápido y preciso, pues es muy fácil acertar con la marcha adecuada; sin embargo, entre que el pomo es demasiado grueso y que el tacto resulta un tanto gomoso, su manejo no es una experiencia demasiado deportiva. La dirección destaca por ser bastante directa, respondiendo con inmediatez a las órdenes dictadas por el volante. Esto se agradece en curvas, donde además es muy precisa, pero en autopista requiere un breve periodo de adaptación. Los frenos, al menos los Brembo del pack OPC Performance, son muy buenos a la hora de soportar un trato duro. En cuanto al comportamiento, el Corsa destaca por facilidad de conducción. La suspensión contiene bien los balanceos, y en zonas bacheadas las ruedas no rebotan en exceso, asegurando un buen agarre del neumático al frenar, girar o acelerar. Por su parte, el tren trasero es ágil, pero no resulta brusco ni se descoloca de forma brusca en casi ninguna circunstancia. El eje delantero, por su parte, cuenta con la ayuda del diferencial autoblocante Drexler para asegurar una excelente respuesta al acelerar, ayudando a meter el morro en la curva sin demasiada brusquedad gracias a que no se notan esos clásicos tirones que suelen transmitir otros autoblocantes.
Precio
El Corsa OPC vale 22.100 euros, y el pack OPC Performance sale por 2.320 euros. Con él, este Corsa se sitúa por debajo de modelos como el Peugeot 208 GTI 30 Aniversario -en breve, denominado como GTI Peugeot Sport-, el DS 3 Racing o el Renault Clio RS, aunque es más caro que el VW Polo GTI o el Ford Fiesta ST. De la misma forma que queda en medio de estos alternativas por precio, también se sitúa en un término medio por radicalidad y sensaciones, siendo uno de los urbanos GTI más equilibrados en ese aspecto.