El tiempo marcado por el TMG EV P002 en el Nürburgring ha sido de 7min 22.329seg, cada vez más cerca de los cronos de los mejores superdeportivos del mundo. No es para menos cuando entrega una potencia de 350 kw (476 CV) y una velocidad máxima de 255 km/h, ofreciendo un par máximo de 900 Nm ya desde el momento en el que se arranca. Estamos ante una mejora de más de 25 segundos respecto al anterior intento, que llega después de haber obtenido el primer puesto en la categoría de eléctricos puros de la subida a Pikes Peak. El encargado de pilotar el TMG EV P002 por el Infierno Verde ha sido Jochen Krumbach, quien ha participado en numerosas ediciones de las 24 Horas de Nürburgring.
La principal mejora en la barqueta de Toyota entre el anterior intento y éste último está en la batería de litio-cerámica, que ofrece una capacidad de 42 kWh y está colocada buscando la mejor distribución de pesos posible. Su sistema de recarga está expresamente diseñado pensando en la competición: El reto al que se enfrentan los vehículos eléctricos en las carreras es cómo recargar la batería de la misma forma que un bólido de combustión entra en boxes a repostar. En esas circunstancias el tiempo es oro, y no da tiempo a conectar la batería a la red, pero una carga demasiado rápida -recurriendo a altas potencias para llevarla a cabo- podría provocarle daños. La otra alternativa era la sustitución de la batería por otra ya cargada, un proceso lento.
La idea de Toyota consiste en cargar una batería auxiliar de ión-litio de 42 kWh: El TMG DC Quick Charger, desarrollado en colaboración con Schneider Electric. Esta batería, alojada en la parte trasera de una furgoneta, se conecta al acumulador de la que va montada en el coche, transmitiéndole toda la energía que tenía almacenada.
