La cita era en Málaga. El sur de España es uno de los escenarios habituales en las presentaciones internacionales de automóviles de finales de año, junto a la Costa Azul y el sur de Portugal. Allí hemos conducido un GLB 200 y un GLB 200d por carretera y un circuito off-road, y la valoración ha sido positiva.
De entrada, reconozco que no me emocionaba su diseño, ni el hecho de partir de una plataforma de motor transversal, con tracción delantera por defecto y conexión del tren trasero progresiva en las versiones 4Matic, pero en realidad es un planteamiento tremendamente lógico.
Por una parte, con esta configuración se abaratan los costes. Por otra, se reduce ligeramente la media de emisiones de la gama, especialmente en los 4×2, que no necesitan árbol de transmisión, lo que ahorra peso y resistencia al movimiento.
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Pero, vamos al grano. En marcha el GLB es un coche agradable. No se nota pesado, tiene buena respuesta, entra bien las curvas, su frenada es estable… eso sí, en las versiones diésel (al menos en el 200d, que es el que hemos probado), el ruido y las vibraciones que llegan al habitáculo hacen que se pierda parte de la sensación de confort y calidad que se disfrutan en el 200 de gasolina; es una diferencia entre los dos tipos de mecánica superior a la habitual.
Más allá de las impresiones dinámicas, el interior está muy bien resuelto. Puedes elegir entre cinco y siete plazas, en dos y tres filas de asientos, respectivamente. Como cabe esperar, las plazas de la tercera fila son para un uso ocasional, ya que estamos hablando de un vehículo que mide solamente 4,63 metros de longitud. Aun así, si desplazamos hacia delante la segunda fila, montada sobre guías, dispondremos de suficiente espacio para acomodarnos; yo mido 1,79 metros y, más o menos, quepo, pero no me haría demasiada gracia pasar más de media hora allí metido. El acceso no es malo, aunque hay que estar ágil, y el maletero resulta generoso, con 500 litros que se amplían hasta 570 en las variantes de solo cinco plazas. Ah, y, por cierto, la tercera fila cuenta con anclajes IsoFix, algo no muy habitual en el segmento.
Y, ya que hablamos de segmento, habría que determinar quiénes son los rivales de este Mercedes GLB, algo complicado ahora que aún se desconoce su precio. Por dimensiones y habitabilidad, nuestro contendiente favorito es el Volkswagen Tiguan Allspace, pero no descartamos otros como el Nissan X-Trail o el BMW Serie 2 Gran Tourer, ya sin capacidades para desenvolverse fuera del asfalto.
Aceptables aptitudes off-road
Este capítulo es otro en el que merece la pena detenerse un instante, ya que el Mercedes GLB 4Matic ofrece unas capacidades off-road bastante dignas. Es capaz de subir cuestas muy inclinadas o bajarlas con un buen nivel de seguridad.
La gama española estará compuesta por cinco motores y dos sistemas de tracción. En gasolina, habrá tres niveles de potencia. El GLB 200 cuenta con un motor de 1,3 litros y 163 CV que, como ya hemos visto, funciona extraordinariamente. Cuesta 42.675 euros. A continuación se ubica el GLB 250 4Matic, con motor de dos litros y 224 CV, acoplado al sistema de tracción total (su precio es de 55.000 euros), mientras que el tope de gama es el Mercedes-AMG GLB 35 4Matic, con motor de dos litros y 306 CV, cuyo precio no está aún disponible. Los diésel parten de un mismo bloque de dos litros. El GLB 200 d desarrolla 150 CV y está disponible contracción delantera (por 42.675 euros) o en versión 4Matic (por 45.000 euros). Por su parte, el 220 d 4Matic alcanza 190 CV y cuesta 47.350 euros.
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