Después de llevar a cabo una reflexión y un análisis rápido del Audi A4, toca la hora de montarse en él y averiguar si vale la pena o no. No podemos mirarlo desde el prisma de la practicidad frente a los tan de moda SUV. Sería injusto. A cambio, tiene virtudes que no puedes encontrar en aquellos, como la elegancia de una berlina de tres volúmenes o unas cualidades físicas que favorecen la conducción.
Hay muchas cosas que me gustan del interior y muy pocas que no. El rechazo a la dictadura táctil es lo que más me agrada. Los botones del volante son de verdad, el módulo de climatización es de botones de verdad, hay una ruletita mecánica para el volumen del audio y hasta el módulo de luces es el mecánico que siempre ha funcionado tan bien. Aquí hay un verdadero cuidado por los detalles y alguien al frente que ha pensado con cabeza en la comodidad de los usuarios.
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Aparte, la calidad de construcción no me sorprende, es la que caracteriza a Audi. Plásticos blandos, tejidos refinados, ensamblajes impecables. Mandos, botones, recubrimientos, todo lo que toques te transmite agrado de uso y una clara sensación de estar bien hecho.
A mi modo de ver, las plazas delanteras rozan la perfección para un turismo de este tipo. También la postura de conducción es francamente apropiada. Sin embargo, si pasas del pilar B hacia atrás, es donde se ve superado frente a alternativas de otros segmentos. Aunque no es que sea pequeño, de hecho dos adultos pueden viajar con aceptable holgura. Pero que no se pasen con el equipaje porque hay 460 litros de capacidad de maletero.
Así va el Audi A4 35 TFSI
Pulso el botón de arranque y el motor se pone en marcha sin llamar mucho la atención. Es el famoso bloque 2.0 TFSI (o 2.0 TSI según la marca del Grupo VW de la que hablemos) en su versión ‘diluida’ por así decirlo. Porque tiene 150 CV. No olvidemos que de este bloque salen versiones de más del doble de potencia de la que anuncia este A4 35 TFSI.
¿Anda lo suficiente? Desde luego. Para un uso normal va más que sobrado y exhibe cierto brío si aceleras a fondo y la caja S Tronic reduce un par de marchas. Entrega sus 150 CV a sólo 4.000 rpm y los estira hasta las 6.000 rpm sin decaer. Es muy lineal en ese último tramo, del que puedes esperar suficiente contundencia pero en el que, debido a la ‘castración electrónica’, no encontrarás nada ni medio emocionante. Pero suficiente, resulta. Y efectivo, también.
Y prestacionalmente cumple las expectativas para la inmensa mayoría de conductores. Para los que no, hay en la gama varias versiones más poderosas. Lo bueno es que entrega todo el par desde muy abajo, a tan sólo 1.300 rpm, y eso se traduce en que en uso normal prácticamente nunca necesitarás llevarlo arriba. Si lo haces, será por tu propio deleite en la mayoría de ocasiones.
Por cierto, lleva etiqueta ECO. Tiene un sistema de microhibridación de 12V y un motorcillo de 2 CV que aprovecha esa especie de laguna reglamentaria que permite considerar a este coche un híbrido a efectos de etiqueta. En la conducción no notas nada especial y su influencia en la contención del consumo debe ser insignificante, pero ahí está.
Y hablando de consumo, es otro punto a favor de la motorización 35 TFSI. En uso normal puedes moverte muy fácilmente en los 7,2 L/100 km, lo que viene a ser un 20% más que su equivalente diésel. No es mucho más de los 6,3 L/100 km que homologa.
Tanto en ciudad, como en autopista, como en carretera, se comporta bien. Los buenos coches marcan la diferencia en carreteras de curvas y aquí el A4 muestra reacciones predecibles, fáciles y relativamente dinámicas en buena parte gracias a una amortiguación que copia fenomenal el asfalto, y eso que el perfil de este neumático es estrechísimo. No hay grandes balanceos, pero tampoco sacudidas.
Hay una correcto balance general, frenos totalmente aceptables y, sobre todo, una dirección de preciso y placentero guiado. No puedes esperar fuertes emociones, pero ese no es el papel de esta versión.
Entonces, ¿es para comprárselo? Bueno, para mí requiere una inversión económica objetable. No quiero decir que el producto no lo valga, porque realmente es muy buen coche, pero el problema en el Audi A4 (y en el BMW Serie 3 y Mercedes Clase C) es que a poco que añadas algo de equipamiento opcional te plantas en una factura muy importante. Y la cosa se ha desmadrado un poco en los últimos años, a mi modo de ver.
Sin embargo, si obvio el dinero puedo decir que es un coche que me cuadra mucho en mi caso particular. Familias jóvenes con uno o dos hijos encontrarán en este modelo, y más concretamente en esta versión, una fantástica herramienta de transporte de entretenida conducción, altísima calidad y a buen seguro elevada durabilidad.
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