BMW X3 xDrive20d

Hemos probado el BMW X3 diésel: en qué nos ha gustado y en qué no

El BMW X3 es el tercer escalón en la gama X de BMW. Ya es muy grande y como SUV familiar cumple. Pero, ¿lo suficiente?

Actualmente, el BMW X3 es un modelo importante en BMW. Comercialmente no tiene tanto peso como el X1 por razones de precio, pero es un ‘clásico’ en la marca y en cierto modo una apuesta segura.

Claro, ya hablamos de un SUV de 4,75 metros de largo, con como mínimo 197 CV de potencia, bastante bien equipado de serie para lo que es una marca premium alemana… Y eso se traduce en que para empezar a hablar cuesta 63.100 euros.

Si además optas por la versión diésel, que es la que tenemos hoy aquí, entonces subimos a 64.900 euros. Por supuesto, el X3 que ves aquí no cuesta eso. Lleva paquete M, la pintura negro mate… Su precio, ‘empieza por siete’.

Bien, mide 4,75 metros de largo como decíamos, además de 1,92 metros de ancho y 1,66 metros de alto, con un maletero de 570 litros de capacidad. Es espacioso y muchos de sus acabados son de calidad, otros no tanto.

Me gusta que los ajustes entre la mayoría de elementos se ven sólidos, que los asientos son muy cómodos, que el volante tiene un fantástico tacto o que la insonorización está muy trabajada.

Me gusta menos el abuso de elementos táctiles o la terminación de determinadas piezas, como el módulo de mandos de la puerta, que también tiene parte táctil, o la mejorable impresión que da la maneta interior de apertura.

Se conserva el módulo de mandos en la consola del túnel central pero, de nuevo, sin botones físicos. Un único panel aglutina todas las teclas y su accionamiento es mucho menos gratificante que si fuesen normales, aparte de que no puedes hacerlo sin mirar.

BMW X3 xDrive20d

Bajo el capó descansa un motor 2.0 turbodiésel de 197 CV acoplado a un propulsor eléctrico de 11 CV. La potencia conjunta es la que da el motor térmico: 197 CV. La transmisión es automática de ocho velocidades y la tracción es total conectable de tipo hang-on.

Esto quiere decir que es el eje trasero el que manda y que hay un embrague multidisco con accionamiento electromecánico que puede acoplar el eje delantero parcialmente.

La teoría dice que en una circunstancia de deslizamiento extremo en las ruedas traseras (que estén sobre hielo básicamente), el 100% del par puede pasar delante, pero sería raro. En realidad, la idea de este sistema es que la fuerza del motor vaya totalmente al eje trasero o repartida entre ambos ejes, una de dos.

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En marcha no se nota el juego del sistema de tracción total. Hay una motricidad fantástica sobre firme deslizante, además. Prestacionalmente hablando tenemos una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,7 segundos y 215 km/h de velocidad punta, además de un consumo de 5,8 L/100 km.

En la práctica anda de sobra, no le echarás en falta fuerza en ningún momento, aunque honestamente todos los kilómetros que le he hecho han sido con un máximo de dos personas a bordo y con el maletero vacío.

Y respecto al consumo, en condiciones normales y uso mixto, se mantiene en unos 6,7 L/100 km. No está mal para un coche de casi 200 CV y casi dos toneladas.

BMW X3 xDrive20d

Su conducción es lo gratificante que esperas. No transmite mucho, no es especialmente comunicativo, pero sí ofrece una ejecución impecable. La suspensión, deportiva en este caso, no es dura pero sí consistente y la dirección tiene buen tacto dentro del panorama de las asistencias eléctricas.

Ciertamente es un coche competitivo dentro del segmento SUV-C premium. Tiene algunas incomodidades, como la eliminación casi total de botones tradicionales o que aprenderse cómo funciona el software y dónde está cada cosa requiere un poco de tiempo. Pero bueno, nada nuevo en los tiempos que corren.

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