Entre otras marcas, BMW, Toyota, Volkswagen y Renault fueron afectados por las explosiones del 12 de agosto en el puerto de Tiajin (China), uno de las principales entradas para productos importados entre las que destacan los coches. Aunque sigue funcionando, está muy lejos de llegar a pleno rendimiento, y los fabricantes de automóviles no desisten en acceder a unas zonas que necesitan limpieza para recobrar su actividad normal, acceso el cual deniegan las autoridades chinas.
El desvío hacia los puertos de Shanghai o Guangzhou, que parecía una solución provisional de emergencia, se está asentando de forma peligrosa para Renault, Fuji Heavy Industries Ltd. –Subaru– y BMW en el primer caso y para Hyundai Motor y el Grupo Volkswagen en ambos. Toyota, por su parte, ha optado por Shanghai y Dalian, que le ofrecen más capacidad y evita problemas logísticos.
Es necesario recordar que Toyota fue de las más afectadas, no solo por los vehículos de su propiedad que se redujeron a cenizas, sino por el parón en 3 de sus plantas de producción cercanas al puerto. De hecho, se estima que cada día que permanezcan cerradas están perdiendo una capacidad de fabricación de 2.200 unidades diarias.
Según afirmaciones de los trabajadores del puerto de Shanghai, son conscientes que no podrán soportar durante mucho más tiempo la losa de Tianjin, con una capacidad anual de entre 2 y 3 millones de automóviles y sobre el que recaen el 40% de las importaciones de coches anuales a China.