Contratos de renting: atiende a la letra pequeña para evitar sorpresas inesperadas

Debido a las ventajas que conlleva, la modalidad de renting se ha convertido en una forma de lo más habitual de tener acceso a un coche. Como ya te hemos contado en anteriores ocasiones, el renting consiste en una forma de alquiler de un vehículo, en este caso un coche, durante un periodo de tiempo determinado -de tres o cuatro años- y en el que el interesado paga una cuota mensual fija. La gran ventaja es que en dicho precio se asocian una amplia de gama de servicios incluidos. Por ejemplo, mantenimiento, neumáticos, impuestos…

Sin embargo, antes de firmar un contrato de renting, como cualquier otro documento de este tipo, conviene revisar toda la información expuesta, incluyendo cláusulas y la temible letra pequeña. Que haya recibido este apodo tiene todo el sentido del mundo, ya que son condiciones que la marca en cuestión debe poner por ley, pero que no quieren que llegue al usuario en primera instancia. Como siempre, dependiendo de la compañía de renting, algunas tendrán más o menos letra pequeña.

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Hay que tener en cuenta que las cuotas más bajas tener menos servicios asociados y una letra pequeña más extensa. Si no se cumplen dichas condiciones, el cliente tendrá que hacer un desembolso adicional, y en algunos casos, suelen ser cantidades notables que pueden empañar la experiencia de la modalidad de renting. A continuación te mostramos las más importantes para que no te lleves sustos.

La letra pequeña del renting, en detalle

Lo primero que debemos observar en un un contrato de renting es si la cuota se paga antes de usar el coche, o por el contrario, se efectúa a mes vencido. Es una cuestión importante para aquellos presupuestos más ajustados. Otro aspecto a tener en cuenta tiene que ver con los mantenimientos. Depende de la cuota aportada o de la compañía de renting, pero siempre debes fijarte de que las reparaciones están vigentes durante todo el tiempo que dure el contrato, incluso aunque se haya vencido el kilometraje previsto.

Paralelamente, la mayoría de estos servicios de alquiler contemplan los neumáticos. Algunas limitan su uso a una determinada cantidad y otras no, por lo que conviene comprobarlo para evitar tener que pagar la sustitución.

El kilometraje es otra cuestión importantísima. Hay que tener lo más claro posible cuáles van a ser los kilómetros totales, ya que las compañías aplican penalizaciones por cada kilómetro recorrido de más. Por otro lado, si se da la ocasión en que hay que cancelar el contrato de renting de forma prematura, también se pagará una penalización. Por ejemplo, en un coche de 13.000 euros a 48 meses, cancelando a mitad de contrato, el importe sería de unos 2.000 euros.

También otros aspectos como la asistencia sanitaria. En algunos casos es ilimitada, pero en las fórmulas más baratas se establece un mínimo legal de 1.503 euros. De este modo, si sufres un accidente con podrías pagar el tratamiento médico derivado. Lo mismo ocurre con la asistencia en carretera, las mayores cuotas integran asistencia 24 horas y desde el kilómetro cero, pero las más baratas vienen con pagos adicionales en función de la distancia recorrida por la grúa.

Para terminar, conviene echar un vistazo al servicio de defensa jurídica contra multas o cuál es la cobertura del seguro. Mirar atentamente qué cubre y que no para tomar la mejor decisión posible y evitar gastos posteriores no deseados. Desde el despacho de abogados de Legálitas avisan también de que determinadas empresas de renting cuentan con cláusulas «para evitar el mal uso» del coche que también podrían suponer gastos adicionales.

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