Ya está a la venta desde 21.980 euros

Nuevo Skoda Karoq 2022: primera prueba

Miguel Tineo
Miguel Tineo
Cinco años después de su llegada al mercado, el Skoda Karoq recibe un ligero restyling para actualizar su imagen. Sigue siendo una estupenda alternativa entre los SUV compactos.

Ya está a la venta el renovado Skoda Karoq, un modelo que acaba de recibir un ligero restyling en el que se ha modificado levemente su carrocería y pequeños detalles del interior, además de una reestructuración de los packs de equipamiento. No hay modificaciones ni en la plataforma ni en la gama mecánica, que mantiene cinco motores y prescinde cualquier tipo de electrificación, por lo que todos llevan la etiqueta C de la DGT.

Skoda Karoq 16

Así, el Skoda Karoq sigue siendo u SUV compacto de 4,39 metros de largo y cinco puertas que rivaliza con el Hyundai Tucson, Kia Sportage, Peugeot 3008, Seat Ateca, Ford Kuga, Citroën C5 AirCross, Renault Kadjar, Nissan Qashqai

Entre sus principales modificaciones, encontramos una renovada parrilla delantera, nueva gama de llantas, dos nuevos colores (uno naranja y otro gris), leves modificaciones en los faros y unos nuevos paragolpes. Todas estas medidas, además de modificar ligeramente el diseño, están encaminadas a mejorar la aerodinámica, y gracias a ello consiguen una reducción de hasta el 15% en emisiones de CO2 frente al Karoq anterior.

La gama está formada por tres motores de gasolina y dos diésel. El primer gasolina es un 1.0 TSI de tres cilindros con 110 CV disponible sólo con tracción delantera y cambio manual de seis marchas. Es un motor voluntarioso, y es e más asequible de la gama, pero se que da un poco justo ante las posibilidades de carga del Karoq y su utilización por carretera.

El segundo es el 1.5 TSI de 150 CV, sólo disponible con tracción delantera y cambio manual de seis marchas o automático de siete velocidades. Es, sin duda, el más razonable de las variantes de gasolina, pues gasta poco más que el 1.0 y ofrece unas prestaciones y un agrado de conducción muy superiores. La tercera opción es el 2.0 TSI de 190 CV 4×4 y con cambio automático DSG, un motor que va muy bien pero cuyo consumo y precio (37.500 euros) son más elevados.

En cuanto a los diésel, hay dos opciones, ambas con el bloque 2.0 TDI de cuatro cilindros. El primero entrega 116 CV, pero ofrece tan buena respuesta a bajas revoluciones que será más que suficiente para viajar con normalidad. La otra variante entrega 150 CV y, además, se puede adquirir también con tracción total. Ambos motores se pueden adquirir con cambio manual de seis marchas o automático de siete. Para nosotros, este TDI 150 es la opción ideal de toda la gama siempre que vayamos a recorrer más de 15.000 km al año y, en su mayor parte, por carretera.


Por niveles de acabado, hay cuatro. El de acceso es el Active, sólo disponible para el 1.0 TSI y el TDI 116. Después está el Ambition, el más razonable. Y, después, hay otros dos muy equipados y con un planteamiento un tanto diferenciado. El Style apuesta por un aspecto más clásico, mientras que el Sportline lo hace por una línea más deportiva.

Así es por dentro

El interior del Karoq sufre pocas modificaciones, siendo las más destacables una renovada pantalla central y la utilización de unos plásticos un poco más blandos y agradables al tacto. Por lo demás, sigue siendo un puesto de conducción muy bien resuelto: hay bastantes botones físicos para las principales funciones del climatizador, la radio, etc., y navegar por la pantalla central no es demasiado complicado. La postura a volante es elevada, con las piernas poco estiradas, como suele ser habitual en este tipo de coches. Se va cómodo y los asientos sujetan bastante bien, al menos en el caso de los asientos deportivos de la versión Sportline que hemos tenido ocasión de probar.

Skoda Karoq 22

En cuanto a espacio, el Karoq se sitúa en la media del segmento, y eso no está nada mal. Donde puede destacar es en practicidad, pues por 680 euros puede incluir el sistema VarioFlex, que permite desplazar longitudinalmente y de forma independiente cada uno de los tres asientos traseros, variar la inclinación de cada uno de sus respaldos o, incluso, quitar alguno de los tres si es necesario para aumentar el espacio de carga. El VarioFlex sólo está disponible para los acabados Ambition y Style.

En cuanto al maletero, el Karoq ofrece 521 litros de capacidad, que está levemente por encima de la media del segmento. Cuenta con doble fondo, que desaparece en caso de que optemos por incluir una rueda de repuesto de emergencia. En caso de optar por el sistema VarioFlex, y si adelantamos los tres asientos tanto como sea posible, la capacidad de carga aumenta hasta los 588 litros.

Cómo va en marcha

En esta ocasión, nos hemos puesto a los mandos de un Skoda Karoq TDI 150 4×4 DSG Sportline. Sigue siendo un coche cómodo y bien insonorizado, incluso en el caso de esta variante diésel. Destaca por facilidad de conducción, pues es de esos coches que transmiten mucha confianza desde el inicio gracias a que sus reacciones son muy nobles, ágiles a la hora de cambiar de dirección y muy previsibles. Todo sucede como uno espera que deba suceder. Tiene una suspensión de tarados más bien blandos, pero su capacidad para contener los movimientos de la carrocería es más que suficiente, incluso a ritmo vivo por carreteras secundarias.

En cuanto al motor, este TDI 150 va francamente bien. Empuja de forma progresiva y contundente desde bajas revoluciones, no es nada gastón y su resulta bastante refinado. La tracción total, salvo que vayamos a circular habitualmente por pistas o nieve, es totalmente prescindible, pues en seco no mejora sustancialmente el resultado del 4×2 y, en cambio, sí aumenta el consumo y reduce las prestaciones del motor. En cuanto al cambio DSG de siete marchar, nada que objetar: suave en su funcionamiento, rápido en los cambios y razonablemente eficaz a la hora de seleccionar la marcha adecuada cuando va en automático.

 

Skoda Karoq