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Fiat apuesta por el GLP para contaminar menos

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fiat bravo 2012 frontal tres cuartos

El gas licuado de petróleo (GLP) o autogás es un combustible alternativo a la gasolina y el gasóleo ampliamente difundido en países como Turquía, Polonia, Italia, Alemania, Países Bajos y Francia. Ocho millones de vehículos lo emplean en Europa y siete millones más en el resto del Mundo, si bien en España su uso es minoritario, tanto por desconocimiento como por la escasez de infraestructuras para el reportaje y la limitada oferta de los fabricantes e importadores de automóviles y todoterrenos… hasta ahora.

Fiat se ha propuesto dar a conocer las ventajas de este combustible, y ha lanzado una amplia gama que abarca tanto vehículos comerciales como turismos. Así, el 500 1.2 8v (69 CV), el Panda Classic con el mismo motor, el Punto 1.4 8v (77 CV), el Bravo 1.4 16v (90 CV) y el Alfa Romeo Giulietta 1.4 turbo (120 CV) están disponibles en versiones bi-fuel, que aceptan el uso tanto de gasolina sin plomo como de GLP.

Con respecto a la gasolina, el GLP es más limpio (emite en torno a un 15% menos de CO2 y no emite óxidos de nitrógeno) y mucho más económico, ya que el litro cuesta aproximadamente la mitad que el de gasolina. Se reposta de forma similar a la gasolina, pero se acumula -comprimido- en un depósito de entre 20 y 35 litros ubicado en el hueco de la rueda de repuesto. Cuando arrancamos, el vehículo se alimenta con gasolina hasta que el motor alcanza los 40º, momento en el que se conmuta a -modo GLP-. Dado que sus componentes -butano y propano- poseen un índice energético algo menor que el de la gasolina, su consumo es algo mayor (en torno a un 20%) para lograr las mismas prestaciones, pero como cuesta la mitad, resulta mucho más económico tanto respecto a la gasolina como respecto al gasóleo. Además, la fiabilidad de los motores aumenta de forma notable al usar GLP, debido a la ausencia total de partículas de carbono que se acumulen en las cabezas de los pistones, los segmentos, los colectores o los asientos de las válvulas.

Teniendo en cuenta que la diferencia de precio de un vehículo de gasolina Fiat y su equivalente bi-fuel (gasolina + GLP) es de entre 1.200 y 1.600 euros, y contando con una ayuda estatal de en torno a 1.200 euros por la adquisición de un vehículo ecológico, si recorres 30.000 kilómetros al año, en cuatro años habrás amortizado esa diferencia y habrás ahorrado entre 3.765 y 4.373 euros, o incluso más. Recuerda que tienes un Fiat Panda Classic alimentado por GLP desde 9.952 euros. Y, si ya has comprado tu Fiat con motor de gasolina, la red de la firma italiana te brinda la posibilidad de transformarlo en bi-fuel.