Un vehículo actual, está dotado de sistemas que evitan un siniestro, pero dado el caso de producirse, existen otros componentes que van a provocar que las lesiones e impactos contra el conductor, ocupantes, peatones o ciclistas se minimicen, reduciéndose al máximo las consecuencias del golpe o accidente.
La seguridad pasiva son aquellos sistemas incorporados en un vehículo que tienen la misión de minimizar las lesiones o muertes en el momento que se produce un accidente.
Uno de los elementos de seguridad pasiva que incorporan los vehículos es el cinturón de seguridad, cuya misión es evitar que, ante un impacto o colisión, el conductor u ocupantes del vehículo salgan despedidos por las ventanillas o lunas del vehículo. Desde el año 2002 es obligatorio el cinturón de seguridad en todos los asientos del vehículo, así como su uso antes de comenzar a circular.
Los cinturones de seguridad que incorporan los vehículos pueden ser de dos o de tres puntos de anclaje y se combinan con un sistema pirotécnico que en caso de impacto hace que el cinturón pegue con fuerza al conductor u ocupantes contra el asiento.
Los pretensores de los cinturones de seguridad, son un dispositivo que, en caso de producirse un choque frontal, hace que no se alargue el cinturón y que se quede pegado al cuerpo, manteniéndolo apoyado contra el asiento y el respaldo.
En caso de producirse un golpe, el cinturón debe mantener el cuerpo de los ocupantes pegado al asiento y de esta forma absorber de una forma progresiva la energía cinética que el cuerpo va a sufrir por el choque. Los primeros sistemas de pretensores eran mecánicos y estaban compuestos por unos cables y poleas.
Pretensor mecánico de hebilla
Posteriormente se instalaron pretensores individuales para cada uno de los cinturones de seguridad, que incorporaban un muelle comprimido y un sistema pirotécnico que al producirse el golpe detonaba, liberaba el muelle y tensaba el cinturón de seguridad contra el cuerpo, activándose por la deceleración provocada en el golpe.
En la actualidad, todos los sistemas de cinturones de seguridad están formados por un sistema pirotécnico y su funcionamiento va combinado con el sistema de airbag.
Cuando se produce un golpe o un vuelco, un sensor de colisión va a detectar qué tipo de siniestro se ha producido (golpe o vuelco) y la unidad electrónica hará detonar una pequeña carga pirotécnica, que va a generar un gas dentro de un cilindro, provocando que el anclaje del cinturón se retraiga y el cinturón se tense contra el cuerpo y lo pegue firmemente contra el respaldo del asiento. Después de este proceso, el sistema va liberando de una forma progresiva el cinturón para evitar lesiones graves después del impacto.
Dependiendo de la marca y modelo de vehículo, podemos encontrar pretensores instalados en los asientos delanteros o en ambos, e incluso pudiendo activarse de forma independiente del airbag. La buena utilización del cinturón de seguridad va a provocar que funcione de una forma correcta el sistema de airbag.
Cuando se ha activado el pretensor, sea el motivo que sea, debemos acudir al taller para reparar el sistema o sustituir elementos del mismo. Para evitar que el sistema se active aún sin ir nadie ocupando el asiento del pasajero, muchas marcas incorporan sensores de presencia en el asiento del pasajero que detectan si va un ocupante o no, evitando que si no está ocupado el airbag, los pretensores no sean activados en caso de impacto o golpe.