Tras casi dos años de negociaciones y trabajo por parte del Grupo Volkswagen para solucionar el ‘DieselGate’, las aguas parecen volver a su cauce. Las fiscalías generales de diez estados han llegado a un acuerdo con Volkswagen para cerrar en Estados Unidos una demanda por daños medioambientales en relación a los motores afectados por el escándalo de las emisiones.
El pasado mes de mayo, Volkswagen ya presentó ante las autoridades medioambientales de Estados Unidos su solución al problema de las emisiones. La solución pasaba por la instalación de un nuevo catalizador en todos los motores afectados con el objetivo de que esos vehículos volvieran a circular bajo los límites legales. El Grupo Volkswagen pagó entonces unos 15.000 millones de dólares a los propietarios dotados de los motores trucados y a las autoridades medioambientales federales y del estado de California.
El acuerdo actual, adicional a todo lo anterior, consiste en el pago de 157 millones por parte de Volkswagen, Audi y Porsche, así como sus filiales estadounidenses, a los estados de Connecticut, Delaware, Massachusetts, Maine, Nueva York, Oregón, Pensilvania, Rhode Island, Vermont y Washington. Esta medida supone un precedente muy importante en la guerra entre la EPA y Donald Trump, ya que el Presidente de Estados Unidos pretende rebajar o incluso eliminar ahora las limitaciones de emisiones.
Trump se reunió hace unas semanas con los Consejeros Delegados de General Motor, FCA y Ford buscando, precisamente, sentar las bases de un acuerdo en el que, a cambio de que los fabricantes de automóviles retornen inversión y trabajo al país, se reduzcan los limites de emisiones impuestos por la administración Obama.
No obstante, y mientras que llegue ese acuerdo, Volkswagen deberá afrontar este nuevo pago con el que, a priori, pondrá punto y final al ‘DieselGate’ en Estados Unidos. Este hecho supone la segunda gran noticia para Volkswagen en lo que va de año tras conocerse que en 2016, el Grupo Volkswagen fue el fabricante con más ventas a nivel mundial, batiendo su propio récord de ventas con 10,3 millones de unidades y rompiendo la hegemonía de Toyota en los últimos años.