En principio, estos motores no necesitarán ninguna modificación técnica o someterse a una nueva homologación, ya que este caso es muy diferente al de los motores afectados por las emisiones de NOx. En la actualidad, no existe una limitación de emisiones de CO2 para los motores; sin embargo, los vehículos más contaminantes deben pagar un impuesto de matriculación más alto. Además, el CO2 es el baremo que se utiliza para acogerse al Plan PIVE.
En el caso de la legislación española, el impuesto de matriculación se divide en tres tramos: hasta 120 gramos -no paga impuesto de matriculación-; entre 121 y 159 gr. pagan el 4,75% del impuesto de matriculación y 200 gr o más que paga un 14,75% de impuesto de matriculación.
Hasta ahora, los Volkswagen Tiguan, equipados con motor 2.0 TDI de 150 CV emiten entre los 138 gramos de CO2 de la versión 2.0 TDI de 150 CV y tracción delantera, y los 150 gramos del 2.0 TDI 150 CV BMT 4Motion DSG 7; de modo, que se encontraría en el tramo intermedio del impuesto de matriculación. Por su parte, todos los Volkswagen Tiguan 2.0 TDI diésel de 184 CV emiten 150 gr de CO2.
Si finalmente ambas mecánicas emitieran más de 159 gramos de CO2, el impuesto de matriculación crecería del 4,75% al 14,75%… o lo que es lo mismo se incrementaría un 10%. Por ahora, Volkswagen ha asegurado que, en este supuesto, se haría responsable de todos los costes de la operación sin que ello supusiera ningún coste para el cliente.
