El Dacia Jogger es para mí el reflejo de la mejor Dacia. No sé si es el mejor producto que pueden hacer, pero sí es el más competitivo que comercializan. Y lo hacen a un precio que, aunque ya no es tan bajo como hace algunos años, sigue siendo menor que el de la competencia. Como sabrás, se trata de un vehículo familiar que adapta ciertas características de SUV, tanto decorativas como funcionales, pues por ejemplo cuenta con unos generosos 20 cm de altura libre al suelo.
Pues bien, su gama se compone de tres versiones. Hay un híbrido de 140 CV que conforma la versión más cara y tecnológica de la gama. Por debajo, un propulsor 1.0 turbo de tres cilindros da vida a las versiones ECO-G de 100 CV y TCe de 110 CV. ¿Diferencias entre ambos? Entre pocas y ninguna, siendo la principal que el primero funciona con GLP o gasolina y el segundo sólo con gasolina. Este último no sólo tiene diez caballos extra, sino también 200 Nm de par (por los 170 Nm de la ECO-G).
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Hace poco probamos exhaustivamente el Jogger ECO-G, tal y como te contamos aquí. Nos pareció un automóvil muy recomendable pero con ciertas limitaciones en cuanto a rendimiento puro. Así que tener durante algunos días un Jogger TCe deja ‘a huevo’ el poder comparar nuestras sensaciones con uno y otro y poder dilucidar cuál de los dos es más recomendable en según qué casos.
Bien, antes de nada, un repasito rápido sobre cómo es el Dacia Jogger. Pero muy rápido porque aquí te explicamos detalladamente cómo es el coche. Hablamos de un modelo que es muy amplio por dentro, que puede llevar a siete pasajeros, que tiene acabados sencillos, que parece robusto, que tiene en el confort de marcha su principal virtud y que no cuenta con ningún tipo de lujo, lo cual tiene su parte positiva: su simple sistema multimedia no puede ser más intuitivo y no hay diversos dispositivos de asistencia que incordien en la conducción.
Esta unidad, por cierto, incorpora el Pack Sleep, que es una maravilla porque transforma al Jogger en una camper barata. En Autofácil hemos publicado un par de contenidos sobre este sistema que te invitamos a explorar. Uno es este y el otro este. Lo único malo del Pack Sleep es que anula el maletero (de 607 litros en el Jogger de cinco plazas y de 506 litros en el de siete), aunque lo compensa con un cajón de 220 litros que se ubica bajo los pies de la cama.
Pero bueno, vayamos al grano. ¿Es mejor comprar el Dacia Jogger de gasolina o el de GLP? Porque cuestan exactamente lo mismo… Por idéntica cuantía económica, o renuncias a algo de rendimiento, o renuncias a la etiqueta ECO y al poder circular con GLP. Las diferencias esenciales entre uno y otro son las siguientes:
Dacia Jogger de GLP vs Jogger de gasolina
| DACIA JOGGER ECO-G | DACIA JOGGER TCe |
| Motor 1.0 turbo; 100 CV y 170 Nm | Motor 1.0 turbo; 110 CV y 200 Nm |
| 0-100 km/h en 13,2 segundos | 0-100 km/h en 11,2 segundos |
| Velocidad máxima de 175 km/h | Velocidad máxima de 183 km/h |
| Consumo de 7,8 L/100 km de GLP | Consumo de 5,7 L/100 km de gasolina |
| Etiqueta ECO | Etiqueta C |
| Sin rueda de repuesto | Con rueda de repuesto de emergencia |
| Autonomía real de aproximadamente 950 km | Autonomía real de aproximadamente 700 km |
Decir cuál es mejor es francamente difícil, puesto que ninguno es mejor que otro. Simplemente, uno potencia ciertas cosas y otro potencia otras. Si lo miramos desde el punto de vista económico, obviamente el Jogger ECO-G es el que compensa, puesto que su coste por kilómetro recorrido es menor. Consume entre un 35% y un 40% más que el de gasolina, pero a cambio el litro de GLP cuesta hoy una media de 0,92 euros, por los 1,72 euros que vale el de gasolina.
Eso significa que, aun gastando más, recorrer 100 km con el Jogger de GLP cuesta 7,17 euros, mientras que hacerlo con el Jogger de gasolina sale por 9,80 euros. Ahora bien, el tanque de GLP, emplazado en el hueco original de la rueda de repuesto, da para recorrer unos 250 km, no muchos más. Una vez vacío, el coche ya funciona con gasolina. Y luego está el asunto de la etiqueta ECO, con sus menos impuestos y sus ventajas en cuanto a circulación y aparcamiento en zona regulada.
Hasta aquí, victoria aplastante e incontestable del Jogger ECO-G. Sin embargo, pasemos a la conducción porque la cosa se va a equiparar. El distinto motor no afecta a lo esencial del Jogger, que sigue mostrándose cómodo, noble y correcto gracias en parte a que es relativamente ligero. También mantiene un cambio manual que no es un ejemplo de grato tacto pero que cumple, así como un ruido y unas vibraciones de bastante buena contención para tratarse de una mecánica tricilíndrica.
Entonces, ¿qué sucede con el rendimiento? Pues que aquí el Jogger TCe recupera mucho terreno. Son sólo 10 CV y 30 Nm extra, pero en cifras tan modestas, esa diferencia se nota. El Jogger ECO-G ofrece un rendimiento más que aceptable para un uso normal, si bien con mucha carga o al afrontar pendientes pronunciadas se puede quedar muy corto. Ya le sucede al Jogger TCe, así que al Jogger ECO-G en mayor medida.
Y eso que el Jogger ECO-G lleva un desarrollo de transmisión ligeramente más corto, pero en lo relativo a prestaciones el Jogger TCe resulta mucho mejor. No va ni mucho menos sobrado, sin embargo, se siente notablemente más solvente.
De manera que si quieres el Jogger exclusivamente para viajar, para mí es mejor optar por la versión TCe, a pesar de que el coste por kilómetro sea sensiblemente superior. Sin embargo, si quieres el Jogger como vehículo de todo uso, incluyendo ahí la circulación por ciudad, y sobre todo conduces a ritmo tranquilo cuando viajas, entonces yo diría que es mejor el Jogger ECO-G porque te permitirá gastarte menos dinero en combustible y pararás a repostar menos veces.
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