Tanto es así que el precio de los dos modelos ha descendido hasta los 375.000 euros, una cantidad mucho más razonable y más baja incluso de lo que se pagó por ellos al comprarlos nuevos, con el añadido que supone que hayan pertenecido a Juan Carlos I. Concretamente, por el negro se piden 195.000 euros, mientras que el ejemplar gris cuesta 180.000 euros, según indica el anuncio publicado en el Boletín Oficial del Estado -BOE-. Se trata de una tarifa bastante justa si atendemos a la cantidad de kilómetros que ha recorrido cada uno: 568 y 700, respectivamente.
La subasta estará abierta hasta el próximo miércoles 28 de junio -el plazo para presentar las ofertas ha sido abierto este mismo viernes 2 de junio-, si bien todos aquellos que estén interesados podrán ir a ver los coches in situ los días 20 y 21 de junio pidiendo una cita previa. Eso sí, para comprarlos será necesario depositar una garantía del 5% del valor de los coches; es decir, 9.000 y 9.750 euros. Por su parte, la apertura de los sobres con las cantidades de las pujas serán abiertos el jueves 13 de julio a las 10:00 horas en la sede de la Delegación de Economía y Hacienda en Madrid. Mientras tanto, la totalidad de la suma recaudada irá a parar a las arcas del Estado.
Recordemos que cada uno de estos dos superdeportivos esconde debajo del capó un propulsor de gasolina de 6.3 litros con 12 cilindros en disposición de V, el cual entrega una potencia de hasta 660 CV y un par motor máximo de 683 Nm. Toda la fuerza va a parar a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios automática de siete velocidades.