La tercera generación del Ford Focus RS estaba en boca de los aficionados al motor desde hace más de un año. Su recurso a la tracción total con modo drift, era quizá su máximo reclamo, o por lo menos lo más llamativo. Ahora, Ford nos ha invitado al Circuito de Cheste para que comprobemos cómo funciona un automóvil sobre el que tantas expectativas se han creado. Estéticamente, se distingue por los paragolpes, el sugerente alerón, los tubos de escape, las llantas de 19″ y, si eres un poco más detallista, vislumbrarás un equipo de frenos Brembo. Por dentro, hay unos baquets opcionales firmados por Recaro -1.900 euros-, aunque los de serie son deportivos y también diseñados por el mismo fabricante. El maletero se reduce de 363 a 260 litros debido al sistema de tracción total.
Junto a la palanca de cambio, manual de seis marchas, hay un botón que permite seleccionar cuatro modos de conducción; Normal, Sport, Track (circuito) y Drift (derrape). El motor es un 2.3 Ecoboost de cuatro cilindros y turbo que eroga 350 CV y es el mismo que el que emplea la variante más modesta del Mustang, pero más potente gracias a cambios en la culata, admisión, escape y turbo. El par máximo es de 440 Nm pero durante 15 segundos puede desarrollar 470 Nm. La aceleración de 0 a 100 km/h es de 4,7 segundos y la velocidad máxima asciende a 266 km/h. No está mal, teniendo en cuenta que no hablamos de un coche ligero, pues roza los 1.600 kg.
Desde la desaparición del Escort Cosworth, Ford no contaba con un sucesor con tracción total. Este nuevo Ford Focus RS emplea un sistema capaz de derivar hasta el 70% del par a las ruedas traseras, además de un sistema de embragues multidisco que divide ese 70% entre las ruedas traseras, pudiendo desviar la totalidad del mismo a sólo una de ellas. Los neumáticos son unos Michelin Pilot Super Sport aunque, por 2.050 euros, pueden instalarse unos semi-slicks Pilot Sport Cup 2. El Ford Focus RS es un coche cuyo comportamiento varía bastante en función del modo de conducción seleccionado. En el Normal, apenas se siente como un Ford Focus convencional. En el Sport, el carácter del vehículo se torna más deportivo, se endurece la dirección y la suspensión, se afila la respuesta del motor, se configura la tracción total y el control de estabilidad y el escape suena más fuerte, exhibiendo unos sugerentes petardeos. Es el modo más adecuado para conducción deportiva en la calle. El modo Track, para circuito, ofrece una configuración más agresiva y el programa Drift busca la espectacularidad, pues su uso se reduce a practicar drífting o, dicho de otra manera, avanzar de costado. Y, en cualquiera de los cuatro modos, el conductor puede desconectar el ESP y elegir entre suspensión dura o ´blanda´, esto último a través de un selector ubicado en la palanca de los intermitentes.
En la prueba de carretera, siempre en modo Sport, el Ford Focus RS se ha mostrado como un compacto deportivo muy difícil de seguir. Es rapidísimo, cambia de dirección con gran celeridad y ofrece apoyos en curva constantes y precisos. Su capacidad de tracción es muy alta y resulta muy fácil de conducir rápido. En circuito, con el modo Track seleccionado, el Ford Focus RS exhibe reacciones más agresivas y el eje trasero cobra mayor protagonismo. La dirección es muy rápida -sólo dos vueltas de volante- y, además, destaca que es absolutamente precisa e informativa con el conductor. En la pista, el coche va tan bien de chasis que incluso se echa en falta más potencia. Tan sólo los frenos llegan a flaquear al final, pero aguantan mucho teniendo en cuenta que, a fin de cuentas, son frenos para un coche de calle. Pronto llega el momento del esperado modo Drift. En realidad, se trata de un drift poco natural, pues aparte de que el eje delantero ´tira´ con el 30% de la fuerza del motor, es el propio coche el que derrapa por sí solo, pues el modo Drift gestiona el acelerador y la tracción total para que cualquiera pueda derrapar sin tener muchos conocimientos de esta disciplina. De hecho, basta con que el conductor acelere a fondo y guíe al vehículo a través del volante para que el coche vaya de costado de un lado a otro, pues el sistema no permitirá un trompo, por ejemplo.
Pero derrapar no debe ser el objetivo del conductor que se compre un Ford Focus RS. Este coche es un deportivo para uso en la calle y en el circuito, pues en ambos escenarios se muestra francamente eficaz y rapidísimo. Y, por 40.290 euros no puede decirse que sea caro si tenemos en cuenta el precio de algunos de sus rivales, como el VW Golf R (41.565 euros y 50 CV menos), el Audi RS3 (59.800 euros y 367 CV), el BMW M 135i xDrive (45.500 euros y 326 CV) o el Mercedes-AMG A 45 (57.550 euros y 381 CV). El vehículo ya está a la venta en los concesionarios oficiales de Ford.