España ostenta la 9º posición mundial como fabricante de vehículos. Asimismo, es el segundo productor europeo de automóviles, tan sólo por detrás de Alemania, y el ensamblaje de vehículos supone el 18% del total de las exportaciones de nuestro país.
Por eso, la incidencia del coronavirus, que ha llevado al cierre temporal de las 17 plantas que operan en nuestro país, supondrá, sólo en el mes de marzo, una pérdida de 157.000 vehículos ensamblados, según reconocen desde Anfac, la patronal de fabricantes. Esta asociación señala que el cierre de las plantas desde mediados de mes y para proteger a los trabajadores del posible contagio supondrá una caída de «entre el 50 y el 60% de la producción en marzo», lo que supone la pérdida del 5,56% del volumen de producción total generado en 2019 (2, 82 millones de vehículos fabricados).
Buenas cifras hasta febrero
Hasta la crisis del coronavirus y la instauración del estado de alarma, las cifras de producción de las fábricas españolas eran satisfactorias. En concreto, a lo largo de febrero se había registrado un aumento de la producción del 2,9% (respecto al mismo mes de 2019), con un total de 262.449 vehículos fabricados. Junto a los producidos en enero, se acumulaban así 502.484 unidades ensambladas en los dos primeros meses del año, lo que suponía un 1,4% más que en el mismo periodo del año anterior.
Estas cifras, según indica Anfac, supone que los vehículos producidos en España «tienen una buena aceptación en los mercados europeos», máxime cuando las matriculaciones en la UE (el principal destino de estos automóviles) cayeron un 7,4% en el mes de febrero: Alemania, por ej., registró un descenso del 10,8%, seguida de Italia, con el 8,8% de compras.
Pese a ello, en febrero, desde España se exportaron 216.649 vehículos, un 6,8% más que hace 12 meses. En el acumulado del año, se han enviado fuera de nuestras fronteras 400.159 vehículos, un 1,8% más que en el mismo periodo de 2019.
Por ello, Anfac confía en que «la buena aceptación» de los modelos fabricados en España «podría servir de impulso a la recuperación de la producción cuando se pueda reiniciar la actividad en condiciones de seguridad y salud». Por ello, la asociación de fabricantes entiende que es necesario establecer una serie de medidas de recuperación para la industria automotriz, «un plan de choque específico que permita relanzar y recuperar la producción» a los niveles de principios de año.
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