Mitsubishi Eclipse Cross: prueba en campo

El nuevo SUV compacto de Mitsubishi adopta buena parte de la tradición off road de la marca para ofrecer, en algunas versiones, un comportamiento fuera de asfalto por encima de la media del segmento.


Después de varios años sin grandes cambios en su gama de vehículos, Mitsubishi acaba de dar la bienvenida a un nuevo inquilino, el Mitsubishi Eclipse Cross, un SUV de corte deportivo que se sitúa por tamaño -mide 4,40 metros de longitud- en uno de los segmentos que más crecen en el mercado español, el de los SUV compactos.

La marca japonesa ha depositado muchas esperanzas en este modelo, que se situará por ventas justo por detrás del líder absoluto de la gama, el Mitsubishi ASX. De hecho, los responsables de la firma nipona en nuestro país esperan matricular 3.000 Eclipse Cross en 2018, mientras que las previsiones para el ASX se reducen hasta las 4.875 unidades –en 2017 superó las 6.200 unidades vendidas–. El motivo de esta menor previsión para el ASX, según la marca, no está relacionado con un problema de canibalización por parte del Eclipse Cross, sino por la propia reducción de la gama, ya que a partir del 1 septiembre de 2018, fecha en la que entrará en vigor el nuevo test WLTP de homologación de emisiones, desaparecerán las motorizaciones diésel.

El Mitsubishi Eclipse Cross acaba de llegar al mercado dispuesto a pelear con rivales muy consolidados y con una gran aceptación por parte de los clientes. Por un lado, la firma japonesa pretende rivalizar con SUVs deportivos como el BMW X4, el Range Rover Evoque o el Toyota C-HR, y, por otro, hacer lo propio con todocaminos compactos como el Seat Ateca, el Peugeot 3008, el Hyundai Tucson, el Nissan Qashqai, el Kia Sportage o el Volkswagen Tiguan.

La idea de la marca es abrir aún más la brecha que existe entre esta nueva propuesta y el ASX, que reducirá su tamaño en la próxima generación para competir en el segmento SUV-B junto con los Hyundai Kona, Kia Stonic, Seat Arona, Peugeot 2008, Renault Captur o Nissan Juke, entre otros muchos. El Outlander se mantendrá como la opción de mayor tamaño. Hasta que eso ocurra, el Eclipse Cross marcará esa distancia por calidad, equipamiento, precio, rendimiento off road o tecnología.

Mitsubishi Eclipse Cross

Buen comportamiento off road

La marca japonesa asegura que este SUV compacto hereda parte de la tradición de la marca en el mundo del 4×4 para ofrecer un rendimiento off road superior a la media. Y hemos querido comprobarlo. Después de analizarlo por carretera –leer la primera prueba del Mitsubishi Eclipse Cross–, hemos salido al campo para comprobar cómo afronta situaciones más complicadas, como terrenos rotos, pendientes relativamente pronunciadas y zonas embarradas y de baja adherencia. Eso sí, sin llegar a las complicaciones a las que deberíamos someter a un todoterreno puro –aquí no tenemos ni reductora ni bloqueo de diferencial–.

A pesar de que el Eclipse Cross no es un modelo pensado para moverse fuera de asfalto de manera habitual, su altura libre al suelo de 18,3 centímetros nos permite afrontar complicaciones que van más allá de las que podemos encontrar en un camino de tierra. El resto de cotas, sin embargo, nos recuerdan que estamos ante un SUV diseñado para moverse con mayor soltura sobre asfalto que en campo: el ángulo de ataque es de 18,8 grados, el ángulo de salida es de 29,6 grados y el ángulo ventral es de 18 grados.

Motor gasolina de 163 CV y tracción total

Para esta prueba nos hemos puesto a los mandos de la versión más equipada, denominada Kaiteki. Este acabado equipa de serie un motor de gasolina 1.5 turbo de cuatro cilindros y 163 CV, el único disponible en la gama hasta finales de 2018, cuando llegará una mecánica diésel de 2.2 litros. Este bloque se asocia a una caja de cambios de variador continuo con ocho velocidades y a una tracción total, así como al sistema Super All Wheel Control (S-AWC) de la marca, quizá la dotación tecnológica más interesante para salir al campo con garantías.

Este propulsor de gasolina es más que suficiente tanto dentro como fuera de asfalto. Empuja bien desde bajo régimen -ofrece sus 250 Nm de par desde las 1.800 vueltas- si bien por encima de las 4.000 se aprecia una caída en su rendimiento. El cambio CVT es preciso, al igual que la dirección, y la respuesta es rápida durante una conducción suave. Eso sí, cuando pisamos el acelerador con violencia y le exigimos un mayor rendimiento, la respuesta es algo tardía y el sonido aumenta de manera más que considerable, como si se revolucionara en exceso. Creemos que una caja de doble embrague habría sido una opción más acertada, no sólo en campo, sino también para ofrecer un comportamiento más ágil y deportivo en carretera. Algo que sí se ha conseguido en el apartado dinámico gracias a la rigidez del chasis y a la suspensión independiente, de tipo McPherson delante y multi brazo detrás. El acabado de acceso Challenge sólo puede montar un cambio manual de seis relaciones, mientras que el intermedio, Motion, puede equipar ambas opciones.

Mitsubishi Eclipse Cross

Tres modos de conducción off road

Como decíamos anteriormente, el sistema Super All Wheel Control de Mitsubishi hace que el Eclipse Cross ofrezca un rendimiento off road superior a la media del segmento. Este dispositivo reparte entre un 40 y un 80% de par al eje delantero en función de las dificultades del terreno, y entre un 20 y un 60% al eje trasero. Además, el conductor puede seleccionar entre tres modos diferentes de conducción para ajustar dicho reparto: Auto -entrega un máximo del 45% del par al eje posterior-, Snow -hasta el 55%- y Gravel -hasta el 60%-.

Para esta prueba rodamos en todo momento en modo Gravel, con el que conseguimos salir sin dificultades de todos los obstáculos. Sólo notamos pérdida de adherencia en las zonas más embarradas, aunque debemos apuntar que utilizamos durante todo el tiempo neumáticos 100% de carretera. En el panel de instrumentos podemos seleccionar un modo de visión que nos muestra el reparto de par… aunque para seleccionarlo tenemos que acceder a unos mandos que están un poco escondidos. Ese es precisamente uno de los hándicaps del habitáculo: el diseño es sobrio pero atractivo, el nivel de calidad es superior al que apreciamos en el ASX o el Outlander, pero algunos mandos están ubicados en lugares poco accesibles.

Mitsubishi Eclipse Cross

Si volvemos a la tierra, los usuarios que quieran afrontar terrenos con ciertos desniveles tendrán que optar por esta versión 4×4, ya que las variantes 4×2 están muy por detrás en rendimiento fuera de asfalto -en caminos sencillos funcionan de manera correcta-. De hecho, una unidad 4×2 de nuestro grupo tuvo que abortar una subida pronunciada, dar marcha atrás y coger inercia para afrontar de nuevo la rampa a mayor velocidad. Una pendiente que nosotros superamos con total facilidad con la tracción total y el modo «Gravel».

Precio de la versión Kaiteki: 31.500 euros

El Mitsubishi Eclipse Cross tope de gama -Kaiteki- tiene un precio oficial en España de 36.000 euros, aunque su precio con descuentos es de 31.500 euros. Sin embargo, la marca espera que la versión intermedia Motion con cambio manual sea la más vendida. Su precio con descuentos es de 24.000 euros. La versión de acceso Challenge cuesta 21.800 euros con descuento y equipa climatizador, cámara de visión trasera, luces diurnas de led, control de velocidad y llantas de 16 pulgadas.

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